Bilbao - Las residencias de mayores de Bizkaia contarán con un protocolo específico para abordar y prevenir los abusos sexuales. El documento, en el que ya se está trabajando, estará elaborado en el primer semestre de 2020. Así lo anunció ayer el diputado de Acción Social, Sergio Murillo, en una comparecencia ante las Juntas Generales a petición de EH Bildu en relación a un supuesto caso que se registró en un centro de Barakaldo.

Según informó el departamento de Seguridad, el pasado 13 de noviembre se interpuso una denuncia contra dos hombres de 75 y 81 años por presuntos abusos sexuales a una mujer de 71 años, con discapacidad, que vive en una residencia de la localidad fabril.

El responsable foral explicó que el nuevo decreto de centros residenciales para personas mayores prevé que, para dentro de dos años, todos ellos deberán contar con protocolos específicos en los casos en los que se sospeche o se produzcan situaciones de maltrato o abusos sexuales.

Para ello, el pasado 12 de noviembre se creó un grupo de trabajo para desarrollar catorce protocolos, entre ellos el que se refiere a estas situaciones. El objetivo es que el modelo, que recogerá las medidas a llevar a cabo en estos casos, esté elaborado ya en el primer semestre de 2020, de forma que se enviará a las residencias.

En el caso concreto de Barakaldo, Murillo especificó que fue la propia dirección del centro la que realizó la primera denuncia y, junto a la Diputación, pidieron al tutor legal de la víctima realizar una denuncia formal. “Y todo ello pese a no contar con un protocolo específico. ¿Se puede actuar antes? Probablemente, y esperamos que estos nuevos protocolos nos ayuden a ello”, reconoció Murillo.

Además, el diputado de Acción Social explicó que la institución foral decretó una serie de medidas cautelares para los presuntos autores de la agresión sexual a una de las usuarias de la residencia, al parecer otro residente y un familiar, trasladando a uno de ellos y limitando las visitas al segundo. Estas medidas fueron posteriormente ratificadas por un juez a través de un auto. “A pesar de no contar con un protocolo específico, hay medidas que se han adoptado”, defendió.

Por otra parte, Sergio Murillo también se refirió a las quejas que registraron varios familiares de la residencia de mayores Bizkotxalde de Basauri y el brote de sarna que se produjo en el centro. El diputado de Acción Social sostuvo que tras las inspecciones que se han realizado en los últimos dos años no se han detectado deficiencias ni incumplimientos.

“En un análisis objetivo de los datos, en ese centro se cumple lo establecido tanto en los protocolos de aseo, cambio de pañales y en la gestión de pérdida de objetos”, especificó Murillo, ámbitos sobre los que se quejaban los familiares. El diputado foral también señaló que se han reducido desde 2015 el número de caídas, úlceras por presión e infecciones de orina, y que las ratios de personal se cumplen “holgadamente”, habiendo pasado la estabilidad en la plantilla del 85% de personal fijo al 90%. En las tres actas de inspección del centro realizadas en 2017 -para comprobar la atención en la huelga que se llevaba a cabo en aquel momento en el sector, otra derivada de una queja sobre cuidados y nutrición, y otra de oficio- no se detectaron incumplimientos ni deficiencias. Tampoco en las que se realizaron de oficio en 2018 y el pasado mes de mayo.

Proceso de mediación El escrito que presentaron familiares de los usuarios el pasado 14 de noviembre se trató como una “queja” y no como una denuncia, al no detallar hechos concretos. Tras reunirse con los familiares, se inició un proceso de mediación entre ellas y la dirección del centro, “para buscar soluciones a sus inquietudes y consensuar medidas que mejoren la calidad de vida de los usuarios”. Ambas partes han mantenido ya varias reuniones. Aunque reconoció que “todavía es pronto” para evaluar el impacto de esta mediación en el día a día de la residencia, aseguró que el departamento seguirá “vigilante” el proceso.