Muskiz - Poco podían imaginar los alumnos del Centro Formación Somorrostro de Muskiz la repercusión que iba a alcanzar el reto que a finales del pasado curso les lanzó el activista senegalés Mamadou Dia, creador de la ONG Hahatay, para impulsar el reciclaje de los plásticos que se acumulan en la costa de la ciudad de Gandiol generando además actividad económica para sus habitantes a través de una cadena de recuperación, tratamiento y elaboración de nuevos productos. Esta apuesta les ha valido dos premios, uno a nivel internacional y otro estatal.

El desafío que aceptaron en el centro escolar muskiztarra consistió en la construcción de varias máquinas para triturar, fundir y moldear el plástico que se deposita en las costas de esta zona de Senegal con el fin de eliminar este dañino residuo y obtener con él diversos productos que van desde hilos de plástico para su utilización en diversos artículos para la artesanía hasta productos como pomos de puertas, baldosas octogonales y cuadradas o maceteros.

Un proyecto solidario que culminó el pasado mes de septiembre cuando los cinco estudiantes que se implicaron directamente en el proyecto, junto con dos tutores del centro diocesano vizcaino, viajaron a la ciudad de Gandiol donde montaron e instalaron provisionalmente las máquinas que darán una oportunidad de compromiso con el medio ambiente. “Ha sido una experiencia muy enriquecedora tanto desde el punto de vista educativo, ya que su desarrollo ha implicado a varios ciclos de Formación Profesional desarrollando plenamente la estrategia de aprendizaje servicio, como especialmente una enorme experiencia humana, solidaria y afectiva”, reseñan los expedicionarios vizcainos.

“Hemos hecho una gran familia en Gandiol”, señalan los alumnos que sobre todo han valoran la experiencia destacando las relaciones humanas que establecieron en los 9 días de septiembre en los que convivieron con los vecinos de Gandiol o Saint Louis. “Nos resultó muy curioso como nosotros, en ningún momento sentimos ningún tipo de rechazo, si no que por el contrario enseguida nos abrieron sus casas y sus corazones y éramos un más de sus familias que son bastante extensas por lo general”, relatan los jóvenes que se vinieron a Euskadi con la sensación de que tienen que volver “aunque sea con más moldes que necesiten para hacer otras cosas porque la verdad es que tienen una gran capacidad”.

Un aspecto que destaca Gaizka Bilbao, quien afirma que “Senegal es enormemente rico por la gente que tiene. Son auténticas esponjas que están deseando aprender. Ellos no quieren ambulancias porque no tienen gasolina con la que hacerla andar quieren apoyo a los proyectos que ellos mismos sean capaces de proponer”. Y es que a pesar de que Gandiol -unos 28.000 habitantes desperdigados en unas 30 aldeas- sea una ciudad con grandes carencias, como las alimentarias, las sanitarias, de salubridad o transporte, “están avanzando con decisión gracias a proyectos como el que ha impulsado Hahatay en educación o con proyectos como este del reciclaje”, expresa Bilbao. Un proyecto desarrollado por un equipo formado por los profesores, Gaizka Bilbao y Cristian Calderón y los alumnos Juan Tojaka, Markel Argüeso, Sergio Cela, Iker Gonzalo y Unai Valle. A ellos se suman otros profesores que no viajaron a Senegal como Pedro Sousa, Ángel López o la tutora del proyecto, Sofía Juanes.

Euskalit Todos ellos, pueden estar satisfechos de su trabajo solidario que ya ha sido reconocido recientemente en dos ámbitos educativos bien diferentes. Por un lado el proyecto Hahatay (Sonrisas o carcajadas) de Gandiol ha sido galardonado con el premio Quality Innovation Award (QIA) en la categoría de Innovación en el sector educativo en la fase de Euskadi, lo que le abre las puertas a la fase internacional. La competición QIA fue creada en 2007 por Excellence Finland para estimular el surgimiento y desarrollo de innovaciones de producto, de proceso u organizativas. Desde entonces se han ido incorporando entidades de promoción de la calidad, excelencia e innovación de otros países, entre ellos España a través de Euskalit y CEX. El proyecto de reciclaje de Gandiol participará ahora a nivel internacional en la fase que concluirá el próximo 12 de diciembre y cuyo premio se otorgará en Tel Aviv (Israel) en el próximo mes de febrero.

Por otra parte, el proyecto Reciclando con Hahatay presentado por el Centro de Formación Somorrostro a la convocatoria Premios Aprendizaje-Servicio 2019, ha sido merecedor del galardón de Cooperación al Desarrollo. Estos premios están organizados por Educo, Edebé y la Red Española de Aprendizaje-Servicio, y cuentan con el apoyo de diversas empresas, entidades sociales e instituciones estatales e internacionales como Ceneam-Ministerio para la Transición Ecológica, Organización de Estados Iberoamericanos o el Ayuntamiento de Iruñea. En el proceso de evaluación han participado 68 personas expertas de todo el Estado y el jurado ha quedado entusiasmado con el proyecto, por su calidad educativa y su impacto social y comunitario. En concreto, el premio de Somorrostro está apoyado por Educo y se entrega, junto con los demás, en el marco del XII Encuentro Estatal de Aprendizaje-Servicio 2019, que se celebrará el 13 de diciembre en Iruñea.