Bilbao - Una pequeña píldora de diez minutos basta para germinar un interés que puede florecer en una gran afición por la ciencia. Así lo cree Juan Ignacio Pérez, quien sostiene que Internet ha sido uno de los grandes impulsores de la divulgación científica. ¿Otro gran promotor? Naukas Bilbao, el evento que estos días reunirá a más de 100 divulgadores de primer nivel para que ayudados con el humor y el espectáculo irradien diversión.

¿Qué tiene de especial esta edición?

-Obedece a un modelo que ya hemos ensayado con éxito en las ediciones anteriores. Todas son diferentes porque los conferenciantes varían, aunque algunos repitan. Se basa en conferencias de diez minutos, alguna puede ser más largas. Normalmente son amenas, entretenidas, y en algunos casos hasta divertidas y emocionantes.

¿Son suficientes diez minutos para lanzar un mensaje?

-Sí, es algo que ha demostrado Youtube. Incluso cinco minutos pueden funcionar si se tiene la capacidad de sintetizar. Actualmente es muy difícil acaparar la atención si lo que se ofrece es una intervención de 50 minutos en la que no se agota un tema pero se desarrolla extensamente. Una charla de diez minutos transmite una información que tiene interés por sí misma y por eso gusta: hace que la gente se interese por cosas que a lo mejor antes no le interesaban. Es como encender una mecha. Por otro lado, siendo cortas se pueden dar muchas. Esto permite abarcar gran variedad de disciplinas, permitiendo ofrecer una idea amplia de la diversidad de conocimientos.

Lo que no ha cambiado, además de la capacidad de sorprender, es el objetivo que persigue Naukas.

-Queremos hacer llegar contenidos científicos a cuanta más gente mejor para mostrar que son accesibles. También queremos poner la ciencia en el espacio público. Y queremos mostrar que la ciencia no es cosa de unos pocos chiflados, sino que despierta mucho interés y es tan interesante y accesible como el resto de los aspectos de la cultura.

¿Cuántas personas se suelen acercar a Naukas?

-Este va a ser el tercer año en el que celebramos este festival en el Auditorio del Palacio Euskalduna, una sala en la que entran más de 2.000 personas. En alguna ocasión hemos estado a punto de llenarlo. Eso el viernes y el sábado, sin incluir la jornada del domingo dedicada a los jóvenes, que será en Bizkaia Aretoa. Vendrán unos 500-600 chicos y chicas.

Se dice que la divulgación científica goza de buena salud, ¿a qué se debe?

-La culpa la tiene Internet, que ha permitido acceder a contenidos a mucha gente y muchos divulgadores se han fogueado en Internet. Funciona como una plataforma abierta en la que todos pueden participar. Muchos de los autores de los libros más interesantes que hay de divulgación científica han empezado en Internet; utilizando medios como Youtube, blogs, libros, conferencias? de manera que se están convirtiendo en divulgadores multimedia. También hay mucha divulgación científica en la radio, vuelve a haber ciencia en los periódicos?

Pero no todos los buenos científicos serán buenos divulgadores, ¿es necesario buscar alianzas?

-Sí, es cierto, pero hay científicos que son muy buenos comunicadores. Normalmente cuando un científico empieza, se entrena en su campo de investigación. Cuando lleva muchos años en su campo y tiene una visión muy amplia, es bastante común que sea buen comunicador. Pedro Echenique, por ejemplo, es un científico de primer nivel y un comunicador excelente. Pero también hay científicos a los que les cuesta comunicar. No son capaces de ponerse en la situación de un público al que hay que explicarle las cosas de forma diferente.

¿Qué ponencias destacaría?

-No me atrevo? La obra de teatro Carbón, de Xurxo Mariño y Oswaldo Digón será destacable. Me imagino que Marian García y Gemma del Caño, que el año pasado ofrecieron un espectáculo que se hizo viral con El sanwich mixto en tres actos, también montarán este año algo de ese estilo con contenido científico. Me cuesta dar nombres porque todos son muy buenos: Helena Matute, Carlos Briones o Nacho López Goñi son tres investigadores muy buenos. Daniel Torregrosa, divulgador, también es destacable.

Y si replanteamos la pregunta para que no sea tan comprometida, ¿de qué van a hablar en las ponencias?

-No lo sé... los títulos no dan una pista fácil. No está pensado para que se sepa de qué van a hablar, sino para sorprender. Hablarán de física, nutrición, cosmología, matemáticas, química, biología, geología? de todos los ámbitos de la ciencia. Viene un jefe del servicio de Oncología de un hospital madrileño, por ejemplo. También hay alguna charla de sexología.

¿Favorecen iniciativas como Naukas la vocación entre los jóvenes?

-Es posible, porque es una manera de presentar la ciencia con un atractivo que va más allá de lo que se inspira cuando se estudia. Hay gente que en la enseñanza secundaria ya se siente interesado, ese fue mi caso; pero a veces falta transmitir que la ciencia es mucho más amplia que lo que se estudia en secundaria. Asistir a este tipo de eventos nos permite aumentar el abanico de disciplinas a las que se tiene acceso, lo que puede contribuir a que se genere más interés por la ciencia. Pero el objetivo prioritario de Naukas es que toda la gente disfrute con la ciencia.

El año que viene será la décima edición. ¿Tienen algo en mente?

-Todavía no hemos pensado en qué va a consistir esa edición, pero queremos que sea especial. Cuando acabe esta edición nos pondremos a pensar.

Entre los logros atribuibles a Naukas, ¿cuál destacaría?

-Por un lado podemos decir que hemos convertido este evento en el más importante que se celebra en el Estado de divulgación científica. Nos lo reconocen en todas partes. Incluso el Ministro de Ciencia lo dijo el otro día en una entrevista. Otro logro es que se celebren eventos similares en varias ciudades del Estado. Es un modelo que se ha ido extendiendo y nació aquí. Además, hemos contribuido a que muchos vizcainos tengan una relación con la ciencia que no habían tenido hasta ahora.