LAS campas de Zumeltza, el antiguo campo de aviación de Dima, acogieron ayer la XXVII edición del Día del Cazador y Pescador a la que acudieron miles de personas. Se trata de una cita marcada en rojo en el calendario de los cazadores y pescadores vascos. “La afluencia ha sido masiva, como nunca. No cabía un alfiler”, destacó Juan Antonio Sarasketa, presidente de la Asociación para la Defensa del Cazador y del Pescador (ADECAP), entidad organizadora de esta jornada que busca poner en valor el papel de la actividad cinegética en Euskadi.

En este sentido, tras una jornada llena de ambiente y actividades en plena naturaleza, Sarakesta mostró su satisfacción por la acogida que tuvo nuevamente esta edición y destacó por encima de todo “la unión” que muestra siempre esta comunidad. “El público del mundo de la caza es fiel y este año les he visto contentos y muy motivados”, relató sobre el estado actual de la actividad cinegética que practican en Euskadi cerca de 70.000 personas y cinco millones en todo el Estado. Un colectivo que mostró su malestar y resignación por sentirse “marginados” por la sociedad que atenta contra su libertad y señalados “por los animalistas”, según apuntó Sarasketa, al mismo tiempo que buscaron “reivindicar” sus derechos.

Sobre esta línea, el lema escogido para esta edición fue: Ehiztaria naiz eta harro nago. Arrantzalea naiz eta harro nago/ Orgulloso de ser cazador. Orgulloso de ser pescador. Un compromiso con su afición y responsabilidad que ayer volvieron a dejar patente en Dima.

Asimismo, durante su tradicional discurso ante los asistentes, Sarasketa manifestó que “la actividad cinegética es imprescindible para gestionar los animales silvestres, el medio ambiente y potenciar el medio rural”. En este sentido, el máximo dirigente de ADECAP se dirigió también a las autoridades políticas y les solicitó su apoyo para despertar la conciencia colectiva sobre la urgente conservación de la caza y la pesca. “Hacen falta políticos valientes y no aquellos que nos llaman casposos”, indicó. Al mismo tiempo, puso como ejemplo al presidente francés Emmanuel Macron, quien ha establecido una cuantiosa “multa y cárcel para aquel que interfiera en la práctica de la caza”, subrayó.

Así, Dima albergó una jornada diseñada para todos los públicos y que tuvo un destacado carácter familiar. De este modo, no faltaron actividades relacionadas con la caza y la pesca en un marco natural espectacular, previsto de toda la infraestructura necesaria para atender las demandas de aficionados, familiares y simpatizantes. Entre tanto, los asistentes pudieron disfrutar de una exposición de perros de caza; de una exhibición de perros de rastro, de muestra y de rastro jabalí; monográficas de perros Erbitxakur, Pachón Navarro y Villano de las Encartaciones; exhibición de hípica en defensa de la caza y pesca; field target; cetrería; caza mayor; concurso de belleza canina; tiro con arco y tiragomas; feria armera y de productos del país; cuchillería; exhibición de caza al vuelo con tiro con arco; exposición de productos artesanos y la siempre espectacular exhibición de rescate de la Ertzaintza. Asimismo, la zona de exposición de artículos de pesca y kayaks, con piscina para prácticas de pesca, hizo las delicias de los más pequeños, que también disfrutaron con las prácticas de tiro con carabina. Además, todos ellos recibieron un diploma de cazador y pescador tras completar una yincana.

Homenaje

Finalmente, como bien destacaron desde ADECAP, sus mejores embajadores son los aficionados y por ello en esta edición los homenajeados fueron: Eliseo Feijoo, del Club Deportivo Artziniega; Benito Carabias Muñoz de Gasteiz; Iosu Egaña Goñi y con la Medalla de Oro de Adecap Ehiztari on para Jon Olabarrieta Bolunburu y Begoña Besga Larruskain. En definitiva, cazadores, pescadores, y ciudadanos del mundo rural disfrutaron de esta jornada de unión, celebración y reivindicación que se festeja anualmente cada tercer domingo de junio. Se viene desarrollando desde 1993 y fue el primer evento de este tipo que se celebró en Euskadi y en el Estado.