ermeo - El centro tecnológico vasco AZTI lidera un estudio que analiza las consecuencias que el calentamiento global del planeta provoca en diversas especies que son objeto de captura por parte de la flota pesquera vasca. El cambio climático constituye una realidad incuestionable que altera la distribución de las especies, los ecosistemas y el nivel del mar en todos los rincones de la tierra. La anchoa, el bonito, el verdel y el resto de especies que capturan los arrantzales vascos no son ajenos a los efectos provocados por el incremento de la temperatura del planeta y la investigación que realiza AZTI pretende anticipar el impacto que tendrá el cambio climático sobre estas pesquerías y la evolución futura de las poblaciones de peces al objeto de minimizar en lo posible las pérdidas económicas que pueda acarrear en el sector pesquero.

El calentamiento global provoca un desplazamiento hacia el norte de los stocks y el avance en su estacionalidad. “Ya hemos detectado que el calentamiento de las capas más superficiales del océano está provocando un desplazamiento de algunas especies hacia los polos, la entrada en el Golfo de Bizkaia de peces de aguas más cálidas y la disminución de las poblaciones de aguas más frías, así como cambios en la estacionalidad de las migraciones” explica Guillem Chust, experto en calentamiento global de AZTI. “Asimismo -añade- se está produciendo un desplazamiento vertical en aguas más frías en profundidad, así como una estratificación térmica de la columna de agua que conllevaría un descenso de la biomasa de plancton”, la principal fuente de alimento para las pequeñas especies de peces pelágicos.

El análisis realizado por AZTI presenta un diagnóstico optimista para la anchoa del Golfo de Bizkaia, una de las especies en las que se basa la actividad pesquera de la flota vasca de bajura. Este pequeño pelágico puede vivir en zonas muy diversas, desde Noruega a Sudáfrica, pasando por el Mediterráneo, el mar Negro y el mar de Azov. “Es una especie con una gran amplitud de nicho termal que va de zonas tropicales a templadas y por lo tanto su tolerancia al calentamiento del mar es mayor” asegura el biólogo de AZTI. En definitiva, la anchoa es una especie resistente al cambio climático y los biólogos prevén un incremento de la producción de huevos en el futuro acompañado de un aumento del área de desove. En cualquier caso, la competencia por el espacio vital con otros pelágicos y la interacción con sus predadores, cuya abundancia también podría aumentar, “pueden modificar a su vez dicho escenario futuro”.

Hacia el norte El calentamiento global ya afecta de manera directa a especies como la anchoa, el verdel o el bonito. Así, según el estudio de AZTI, la puesta de huevos de anchoa se ha adelantado unos seis días por década desde 1987. Asimismo, la entrada del bonito en el Golfo de Bizkaia se adelanta unos dos días por década desde principios de los 80. En el caso del verdel, se ha detectado un desplazamiento hacia el norte de su centro latitudinal de unos 16 kilómetros por década desde 1992. Asimismo, un estudio reciente del Consejo Internacional para la Exploración del Mar, que contó con la participación de AZTI, sobre 21 especies comerciales en aguas europeas, confirma que la distribución de 16 de ellas se ha modificado y la variabilidad en la temperatura del mar es uno de los principales factores.

Respecto al cimarrón o atún rojo, se prevé que su distribución pueda ampliarse a aguas del Atlántico Norte, principalmente la de ejemplares adultos. De hecho se registra un incremento en la presencia de estos túnidos en aguas del norte de Europa. En cualquier caso, el cimarrón es una especie con una gran capacidad para regular la temperatura de su cuerpo lo que le permite habitar en áreas tan diversas como Noruega y Brasil. Los biólogos consideran que los juveniles de esta especie continuarán acudiendo a alimentarse al golfo de Bizkaia “sobre todo si sigue habiendo anchoa”. Por último, el desplazamiento hacia el norte del atún patudo podría provocar un incremento de capturas de este túnido tropical en aguas del Cantábrico. “La distribución hacia zonas más al norte del patudo sería beneficiosa para la flota atunerocongeladora de cerco, que centra su actividad en la pesca de listado y rabil, ya que el patudo es una captura accesoria difícil de evitar”.

Inicio de la costera de anchoa Buena parte de las embarcaciones de la flota vasca de cerco se harán a la mar en la jornada de hoy para iniciar la campaña de pesca de anchoa de 2019. Los arrantzales podrán largar sus redes a partir de esta medianoche, con el inicio del mes de marzo. En los últimos años siempre se han registrado descargas de anchoa en la primera jornada de la costera. “Seguro que el viernes se descargan las primeras anchoas de la temporada. Serán pequeñas cantidades de pescado joven que se localiza cerca de la costa. No se trata de anchoa de costera, pero servirá para inaugurar la temporada”, auguraba el patrón de un cerquero vizcaino.

Entretanto, los arrantzales desconocen la fecha de apertura de la pesquería de verdel. “Todavía no sabemos cuándo podremos salir a pescar, aunque la verdad es que tampoco nos preocupa mucho porque la cuota es tan reducida que la cubriremos en pocas semanas”.

Desde la medianoche de hoy, los arrantzales podrán largar sus redes para iniciar la costera de la anchoa, por lo que se espera para ya las primeras capturas.