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Durangaldea se mantiene imparable

La undécima edición de los Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak reconocerán el martes en San Agustín Kultur Gunea de Durango el trabajo y el compromiso de catorce personas, entidades y colectivos de la comarca

Durangaldea se mantiene imparable

AGRADECER, valorar y reconocer de alguna manera las acciones emprendidas y desarrolladas por las personas anónimas, asociaciones y entidades del entorno que permiten que Durangaldea continúe creciendo día a día siendo un referente en el territorio. Para ello, San Agustín Kultur Gunea lucirá sus mejores galas para acoger el próximo martes (20.00 horas) la undécima edición de los premios Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak. En esta ocasión, la gala repartirá catorce reconocimientos.

Por cortesía con el pueblo anfitrión destacar el primer reconocimiento durangarra que será para Eneko Sagardoy (Durango, 1994). Sin duda alguna, el actor ha vivido un año mágico logrando el premio al Mejor Actor Revelación en los Premios Goya 2018 por su papel en Handia. A sus 24 años, con la edad en la que casi todos sus amigos soñaban con jugar en el Athletic, él decidió hacer teatro. Sus inicios fueron en la Ikastola Kurutziaga con su amigo y maestro José Martín Urrutia Txotxe, quien pocas horas después de que Eneko recibiera el Goya fallecía. “Al mediodía, algunos nos juntábamos y hacíamos pequeños sketches. Y mira ahora. Pero que el teatro haya estado tan presente en la ikastola es la mayor razón por la que me dedico a esto. Y sin duda Txotxe también. Fue la primera persona que nos enseñó teatro a muchas generaciones. Yo me sentía tan bien, que mi prima Miren y yo nos metimos en Karrika. Y desde entonces, Txotxe ha sido como un guía. No solo en el teatro. Es el mayor culpable de que hoy me dedique a esto”, explica agradecido Eneko.

Siempre con los pies en el suelo, el joven durangarra quiere seguir disfrutando de su éxito actual y “espero poder seguir trabajando regularmente en teatro o frente a la cámara. De momento, con eso me conformo”, asegura con humildad.

Sin bajarse del escenario, reconocimiento especial también para el zornotzarra Javi Renobales. Tras treinta años de carrera sobre los escenarios y con más de una veintena de obras de teatro a sus espaldas, el actor afincado en Durango comenzó en el mundo del teatro de forma amateur y por inercia se convirtieron en compañía profesional con Markeliñe. Después de dejar la compañía zornotzarra entró a formar parte de un equipo de diseño, y hace ya diez años le llamaron desde Marie de Jongh, compañía bilbaina, para hacer teatro y compaginar los dos trabajos.

Tras treinta años de carrera, el actor zornotzarra ha actuado, por ejemplo, en Estados Unidos con Alabatxo, mejor espectáculo de 2012 en Feten. Además Marie de Jongh, con Javi Renobales, ha recibido el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud en 2018. En 2017, la obra Amour fue una de las triunfadoras de la vigésimo edición de los Premios Max de las Artes Escénicas distinguido como el Mejor Espectáculo Infantil o Familiar. Por su trayectoria en el mundo del teatro, recibirá uno de los Hemendik Sariak.

premio póstumo Enmarcado también dentro de la cultura, reconocimiento especial para el zornotzarra Joseba Fernández. Fallecido el pasado mes de febrero, los que le conocían aseguran que la sonrisa en su rostro era su característica más visible. Muy ligado a la vida cultural de municipio, estuvo al frente de la Sociedad Artístico Cultural Zornoza (SACZ) durante casi dos décadas y lideró el cambio de sede de la sociedad en el 2007, que hoy en día, con más de 200 socios, dispone de un envidiable espacio gastronómico-cultural en Harrison. En 2014, junto con el resto de miembros de la SACZ, tuvo el honor de dar el pregón de fiestas desde el balcón del ayuntamiento. “Desde donde gritó con orgullo: “Zornotzarra naz eta harro nago! Porque Joseba estaba orgulloso de contribuir con su trabajo al frente de la SACZ a hacer un Amorebieta mejor, más universal”, señala con cariño su amigo Andoni Agirrebeitia, alcalde del municipio.

Bajo su liderazgo se organizaron dos ediciones del Día Coral de Bizkaia, en 2004 y 2014, eventos que contaron con la presencia de más de 1.000 coralistas. Además de presidente durante 18 años, antes ya había sido directivo varios lustros, barítono de la Coral Zornoza durante varias décadas, directivo de la Sociedad Deportiva Amorebieta, colaborador con el Club de Atletismo, etc. “Era una persona que estuvo siempre al servicio público, comprometida y muy zornotzarra. Una persona, en mayúsculas, sin la que seguro el mundo asociativo de Amorebieta-Etxano de hoy sería distinto”, afirma agradecido Agirrebeitia.

Sin salir del ámbito musical, premio para el coro parroquial de la basílica de Elorrio que cuenta con más de un siglo de antigüedad. Y es que algunos de aquellos niños que empezaron hace ochenta años con el cura y organista Don Agustín todavía forman parte de una agrupación que pretendía animar las misas. Hoy es el día que nuevas personas se han incorporado y el grupo continúa desempeñando esta función.

Un total de 28 personas, la mayoría mujeres, con edades comprendidas entre los 32 y 86 años, quedan los jueves para ensayar y disfrutar con el canto. En este sentido, sus integrantes quieren agradecer la labor del organista Jesús Ayerra que les acompaña en cada actuación. Preocupados porque no se vislumbra el ansiado relevo generacional, el coro actúa gratuitamente en todos los funerales que se celebran en la basílica de la Purísima Concepción. Además, a lo largo del año llevan a cabo media docena de actuaciones coincidiendo con distintas fiestas y celebraciones. “Estamos felices sobre todo por los más veteranos del grupo que después de tantos años cantando se les valora su trayectoria”, confiesa Itziar Landaburu, directora de la entidad.

Con las navidades a la vuelta de la esquina, también se premiará la tómbola solidaria de Berriz que se organiza desde Cáritas y lleva 27 años ayudando al Tercer Mundo (con proyectos en Chile, Venezuela y el Congo) y algunas familias del municipio.

En lo que al funcionamiento se refiere, la actividad está gestionada por más de una veintena de voluntarias, que se juntan los jueves para realizar labores de costura que luego sortean en una tómbola solidaria que se compone también de regalos que donan todo el año berriztarras, comercios y empresas de la zona. Después en diciembre, con el material recogido y la venta de boletos a un euro cada uno, se llevan a cabo tres sorteos (14, 15 y 16 de diciembre) repartiéndose 1.350 regalos. “La respuesta de la gente siempre es muy buena y solamente podemos agradecer tanta solidaridad”, explicó Mari Carmen Ayarzaguena, una de las voluntarias.

La siguiente parada la hacemos en Iurreta para premiar a dos ganaderos. Nacido en el caserío Uribe de Santa Maña de Iurreta hace 47 años, Jon Bikandi se ha ganado el prestigio en las plazas de las ferias más importantes de Euskadi. De hecho, su ganadería ha sido elegida la mejor de Euskadi durante once años consecutivos. Feliz por trabajar de lo que más le gusta, Jon reside en el mismo baserri en el que nació, junto a su mujer, dos hijos y cerca de 150 cabezas de ganado. “La vida del ganadero es sacrificada pero si te gusta disfrutas de tu trabajo. Para mí es más duro levantarte e ir a un taller para trabajar ocho horas delante de una máquina”, apunta agradecido por recibir uno de los Hemendik Sariak

Reconocimiento merecido también para el iurretarra Rufino Jaio. A sus 67 años y toda una vida ligada a este mundo, se ha convertido en otro de los grandes referentes del sector. No en vano, lleva años cosechando reconocimientos en las ferias más importantes de Euskadi como el mejor toro y ganadería este año. Dedicándose a la raza pirenaica, el iurretarra, quien reconoce entre risas “tener un pique sano con Bikandi”, cuenta con cerca de setenta cabezas en su caserío de Iturburu. “Entre varios hermanos y sobrinos llevamos adelante la ganadería”, explica con naturalidad. Preguntado por la exigencia de su profesión reconoce que “hay que ser muy constante pero cuando las cosas las haces con gusto, se hace más fácil”.

Bizkaia Saria Por otro lado, no podía faltar el tradicional galardón que este año será para el historiador iurretarra Jon Irazabal. Y es que su defensa acérrima del patrimonio cultural y folclórico de Durangaldea bien merecen una distinción. A sus 58 años y trabajando desde el 1 de octubre de 1982 para Gerediaga Elkartea, el iurretarra recuerda orgulloso como en los años ochenta “sacamos adelante la feria y la pusimos en camino del nivel que hoy tiene con Antton Mari Aldekoa-Otalora, Lázaro Milikua, Jesús Mari Salterain y el difunto José Luis Lete”.

Por otro lado, Jon Irazabal ha sido el artífice desde 1984 de las investigaciones que se han llevado a cabo desde Gerediaga sobre el bombardeo de Durango y la Guerra Civil en la comarca. En este sentido, a petición del Ayuntamiento de Durango, elaboró un informe con datos y documentación histórica para avalar los trámites en contra de los responsables de los bombardeos de 1937. “Ha habido una gran labor, y no solo mía, de mucha gente que ha colaborado en la defensa del Duranguesado en global”, apuntó agradecido.

Asegurando que “no soy muy partidario de homenajes y reconocimientos”, Jon Irazabal recibirá el Bizkaia Saria muy agradecido ya que “es un orgullo que reconozcan el trabajo que has hecho durante todos estos años”

Un año más, el deporte también tendrá su espacio en los Hemendik Sariak. Muestra de ello es el premio a la trayectoria de dos de los mejores ciclistas vascos de la historia: Julián Gorospe y Marino Lejarreta que recibirán conjuntamente el Omenaldi Saria.

El 23 de marzo de 1960 nació en Mañaria Julián Gorospe Artabe. En juveniles ya demostró un gran potencial en la Sociedad Ciclista Duranguesa desde donde dio el salto a amateurs liderando el Cafés Baqué. En 1982 debutó en profesionales en el equipo Reynolds. Entre sus victorias más notables destacan las dos Vueltas al País Vasco en 1983 y 1990. Posteriormente, fichó por el equipo Banesto y cuatro años más tarde puso fin a su carrera deportiva como ciclista con nueve participaciones en el Tour donde logró una etapa, y doce Vueltas a España, con dos triunfos de etapa en 1984.

Su compañero en la carretera y en competiciones, Marino Lejarreta Arrizabalaga nación un 14 de mayo de 1957 en Berriz. Apodado El Junco de Berriz, fue profesional durante trece años (1979 y 1992) y consiguió 52 victorias, entre ellas destacan la Vuelta a España del 82; las dos etapas en el Giro de Italia y, en especial, la etapa del Tour de Francia de 1990.

Ambos, iconos del ciclismo vasco, conquistaron a una afición que vibró durante años con sus exhibiciones. Y de la bicicleta, al frontón. Y es que el municipio de Iurreta siempre ha sido un municipio pelotazale y más aún desde la fundación de Olaburu Pilota Kirol Elkartea. Convertida en una de las grandes referentes de la comarca y del territorio histórico, la escuela de pelota, fundada en 2004, cuenta con setenta chavales desde los 5 años en categoría benjamín hasta senior. Además, cuatro chicas disfrutan también de este deporte. “Las instalaciones se han quedado pequeñas y eso es una muy buena señal”, comenta Valentín Calleja, presidente de la entidad deportiva.

Centrados en seguir formando a los jóvenes, el club continuará haciendo lo que mejor sabe: fomentar la práctica de la pelota y dar una alternativa deportiva a todos los jóvenes del municipio. “Este premio a nuestra trayectoria, supone un gran aliciente para seguir trabajando duro para que tanto el club Olaburu como Iurreta puedan seguir siendo un referente de la pelota tanto en la comarca como en Bizkaia”, agradece Calleja.

Por último, y no por ello menos importante, la gala premiará la labor educativa de tres centros: Ikastola Kurutziaga, Juan Orobiogoitia Institutoa y Eskolabarri Ikastetxea.

Fue la inquietud de varios padres euskaltzales el punto de partida para fundar la Ikastola Kurutziaga, que este año celebra su 50 aniversario. En el curso escolar 66/67 y en las lonjas del cine Kurutziaga empezaron a jugar y estudiar los primeros alumnos y en 1968 se consiguió el permiso oficial para impartir clases. Con el objetivo de los alumnos fuesen euskaldunes con espíritu crítico e iniciativa, Kurutziaga comenzó a crecer. En este sentido, mención especial para su nuevo espacio de recreo de uso público, el primero en la villa que responde a la perspectiva de género. Tras un proceso participativo de cuatro años, la ikastola Kurutziaga diseñó una zona de recreo “que ofrece igualdad de oportunidades a chicas y chicos, y está integrado en un entorno natural y creado a partir de sus sueños”, explican desde el centro que cuenta con un espacio de recreo organizado alrededor de varias canchas deportivas.

En el caso del instituto Juan Orobiogoitia, inició sus servicios en el curso 1997/98 dirigidos a los pueblos de Iurreta, Zaldibar y Otxandio además de a algunos barrios de Durango. Si bien en los primeros años la oferta educativa se enmarcaba en los modelos B y D, posteriormente y continuando el proceso de la enseñanza Primaria, sólo quedó el modelo D, a partir del curso 2000-2001.

Después se amplió la oferta educativa a la etapa de Bachillerato, con alumnos de Mañaria, Elorrio, Berriz y Markina. Hoy en día, un total de 327 alumnos estudian en Orobiogoitia Institutua, Juantxu de forma coloquial, que son atendidos por 44 profesores. El centro iurretarra ha renovado recientemente el certificado de Escuela Sostenible y el desarrollo de la Agenda 21 es una las guías en las que basa su educación.

El tercer galardón educativo será para Eskolabarri Ikastetxea, centro de Educación Infantil y Primaria. Creada como cooperativa en 1996, la pusieron en marcha los profesores que trabajaban hasta el momento en el Colegio Centro Cultural (entidad de Ermua fundada hacia mediados de los años 60).

En 2016, la cooperativa llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento para alquilar esta instalación por un espacio de 40 años y, puso en marcha un proyecto de remodelación de las instalaciones del centro por un valor de más un millón de euros, que financiaron los miembros de la cooperativa. Esta remodelación, finalizada con el inicio del pasado curso, supuso una mejora en la oferta de la calidad educativa en Ermua y, permitirá a Eskolabarri, seguir aumentando el número de alumnos y profesores que pertenecen a la cooperativa.