Balmaseda - La Cofradía de la Putxera tomó las riendas del concurso de alubias de San Severino actualizando su mecánica, con más premios, diferentes puntuaciones y las mesas donde un jurado también reestructurado probó las 208 ollas participantes subidas al escenario. Sin embargo, Balmaseda no ha cambiado los ingredientes que hacen del día grande de sus fiestas un gran menú de éxito: la implicación popular y la transmisión de las tradiciones de padres a hijos. Ayer la misma familia de la villa, los Villar, ocuparon cinco de los diez primeros puestos del certamen, además del duodécimo. Tres de ellos, todos adolescentes, coparon el podio de honor.
“Mi padre me enseñó cómo funciona la putxera y yo lo hago con ellos”, indicó orgulloso Juan José Villar. Triunfador él mismo en 2014 y 2015, en esta ocasión cedió los trastos a la tercera generación de cocineros de la familia. “A las 7.00 horas” ya buscaban “un sitio cómodo” en la plaza de San Severino, preparados para un proceso de horas de cocción a fuego lento. Los menores asumieron el cuidado de las ollas que les reservaron. “Les hemos ayudado a encender el carbón y preparar los caldos. Del resto se han encargado ellos”, describió. Fueron progresando en el concurso al ser valoradas positivamente por el jurado. En el palmarés final, el pelotari Mikel Urrutikoetxea y el alcalde de Balmaseda, Álvaro Parro, hicieron entrega a Rubén Villar, de 17 años, de la txapela y putxera de oro correspondiente a la mejor olla. Le siguieron en la clasificación sus primos, Juan José Villar, Jr. -quien se enfundó, además, la chaqueta del cocinero más regular, aquel que sumó más puntos entre sus dos putxeras presentadas- y Joana Diego.
Presidió el comité de expertos José Mari Agirre, del restaurante La Roca, que ensalzó la calidad de los participantes. “Han sido dos horas y diez minutos de intensa deliberación”, contó. El crítico gastronómico Igor Cubillo y la sumiller Nerea Cuenco examinaron en una cata visual “la cantidad y variedad de alubias, el porcentaje de sacramentos, el brillo del caldo o la limpieza de la puxtera”, según explicaron ambos. El director de la Escuela de Hostelería de Leioa, Ibon Andraka, así como los cocineros Jon Lodeiro, Sergio Ortiz de Zárate y Txema Llamosas, del restaurante Garras de Karrantza, puntuaron el punto de sabor y cocción. El chef encartado reconoció el mérito de los inscritos, puesto que “controlar el carbón y el fuego requiere de práctica”.
Los 25 mejores platos, puesto que tras la cata visual las alubias se cambiaron de recipiente para que no pudiera identificarse a sus autores, se confiaron al experto paladar de Zuriñe García. “Encantada” por ver cocinar a niños y mayores, la chef del restaurante Andra Mari, poseedora de una estrella Michelin, destacó “el elevado nivel, porque había muchas putxeras parecidas en lo bueno”.
Maialen, desde Washington “¡Si estuviera en Balmaseda me comería dos platos de alubias!”, transmitió Maialen Aulestia. La bilbaina de 7 años es la única europea a quien han diagnosticado el síndrome de Donohue, una enfermedad rara. Por su convalecencia en Washington no pudo acudir a la villa, pero quiso estar presente a través del vídeo que se proyectó en la pantalla gigante instalada en la plaza de San Severino Y es que los 1.040 euros recaudados por las inscripciones se donarán a la familia. Su padre, Iker, explicaba durante la presentación del concurso de putxeras que la niña está siendo tratada “con una hormona y también asiste a fisioterapia y estimulación”. Los Aulestia mantienen una estrecha relación con Balmaseda desde hace tiempo. “Siempre que nos llaman para alguna iniciativa, todo el pueblo se apunta”, agradeció. Sea cual sea la causa. Sin ir más lejos, el pasado mes de junio quisieron sumarse a los vecinos que animaron el paso del maratón de doce horas de subidas y bajadas al Kolitza para visibilizar la ELA.
Fue en la misma plaza que aplaudió la labor de Kepa Landa durante 24 años en la presidencia del jurado del concurso de putxeras, siempre con José Antonio Bastegieta, Marko, pegado al micrófono para amenizar el 23 de octubre. Ambos recibieron ayer un homenaje.