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Aranbaltza, sexto año tras los pasos de los neandertales

El yacimiento de Barrika retoma su actividad arqueológica hasta el 18 de agosto

Aranbaltza, sexto año tras los pasos de los neandertalesDeia

Barrika - A orillas del río Urgozo, en terrenos del club hípico de Barrika, camuflado por un denso y frondoso bosque, se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos al aire libre más importantes de la península ibérica: Aranbaltza. El barrikoztarra Iñaki Líbano, siguiendo los pasos de José Miguel de Barandiarán, fue el descubridor del valor arqueológico de este lugar más allá de su belleza natural. Hace seis años se inició un proyecto de excavación dirigido por el arqueólogo Joseba Ríos-Garaizar que ha conseguido importantes descubrimientos. El último, dado a conocer este año, un palo cavador de madera de más de 90.000 años de antigüedad. Una línea de investigación que sigue la pista de los últimos neandertales que poblaron Europa. Hasta el próximo 18 de agosto trabajarán en la sexta campaña de excavación.

Dividido en áreas, actualmente el foco de atención se centra en el tercer sector. Un puente artesanal de troncos de madera da acceso al yacimiento y traslada al visitante a la prehistoria. “Esto no es como las películas de Indiana Jones. Aquí hay mucho trabajo que hacer y muy ingrato”, advierte Líbano, quien se muestra satisfecho con los avances. “Llevamos seis años de excavaciones con unos resultados impresionantes”, revela. Ríos-Garaizar y Líbano trabajan con un equipo formado por una docena de personas procedentes de diversos puntos del Estado y del extranjero. Una de ellas es Iluminada Ortega, del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas de Francia (Inrap). “Llevo desde 2014 trabajando aquí en Aranbaltza y estoy encantada. A nivel de investigación es un yacimiento muy importante para el conocimiento de los neandertales y la transición a los Sapiens”, explica. Junto a ella trabajan, codo con codo, investigadores y estudiantes como Laurence Bourguignon, Sergio Vega, Alejandro León, la restauradora Leire Marcos, Maitane Larrea, Alexander Trebolazabala o Ander Ugarte, entre otros. Ugarte es profesor de secundaria de Historia y lleva desde 2008 colaborando en las labores de excavación. “Estoy muy contento, es mi pasión”, afirma. Desde Roma ha llegado este año el estudiante de Arqueología, Riccardo Moreschini, quien destaca “el buen ambiente” existente. Asimismo, las estudiantes Alicia Galán y Guiomar Pulido, de Córdoba y Ávila, respectivamente, destacan la “experiencia” que les aporta Aranbaltza. “Merece mucho la pena”, aseguran.

Objetivos

Al mando del equipo está Joseba Ríos-Garaizar, arqueólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh). “El sector en el que estamos trabajando es muy importante porque tenemos datadas las ocupaciones más antiguas de todo el yacimiento, que se remontan a 120.000 años de antigüedad. Es donde han aparecido los restos vegetales conservados como el palo cavador”, expone. “Nuestro objetivo este año es excavar todos los niveles que hay por arriba, porque esos restos aparecen en torno a los tres metros de profundidad, y dejarlo todo preparado para que la última semana de excavación podamos abordar esos niveles”, apunta. “Los yacimientos al aire libre tienen una complejidad añadida que no tienen los yacimientos de cueva y es que el campo no tiene límites. Por eso uno de los trabajos que tenemos que hacer es tratar de definir la extensión. Para eso hay que sondear en varios puntos con distintas estrategias”, explica. “En Aranbaltza I descubrimos piezas de hace 60.000 años; en Aranbaltza II estratos chatelperronienses del tránsito de neandertales a sapiens y ahora en Aranbaltza III los restos vegetales de madera tan importantes”, concluye Líbano.