Bilbao - Ryanair vuelve a aterrizar en Bilbao. Lo hará a partir de abril de próximo año, con el inicio de la temporada de verano, y a un destino como Londres ya cubierto por otras tres aerolíneas, Vueling, Easyjet y British Airways. Esta última curiosamente, decidió hace una semana reducir sus frecuencias entre Bilbao y el aeropuerto de Heathrow, el más importante de los cuatros que rodean Londres.

Ryanair operará cuatro días a la semana con un tiempo de recorrido de hora y cuarenta minutos. Como oferta inicial, la aerolínea irlandesa ha sacado a la venta plazas desde 24,99 euros para viajar desde el mencionado mes de abril.

Eso sí, el aeropuerto desde el que operará es el de Southend, el más alejado de la capital británica y cuya conexión en tren con el centro supera la hora y cuarenta y cinco minutos. El aeródromo está localizado en el condado de Essex, a 68 kilómetros de la city británica.

La nueva operativa vasca de Ryanair se embarca dentro de un listado de nuevas conexiones anunciadas ayer tras tomar el aeropuerto de Southend como nueva base aérea. Con tres nuevos aviones basados allí conectará en diferentes frecuencias con las ciudades de Alicante, Reus, Brest, Corfú, Cluj, Dublín, Faro, Kosice, Málaga Milán Bérgamo, Palma y Venecia, además de Bilbao.

La anterior etapa de la polémica low cost irlandesa en La Paloma apenas duró un año gestionando un total de cinco enlaces. En concreto, el 1 de mayo de 2012 inició su primera operativa vasca conectando Bilbao con Madrid y Barcelona para sumar más tarde tres conexiones más con la capital andaluza de Sevilla, la isla de Gran Canaria y el aeropuerto alemán de Weeze, con el que pretendía dar servicio a los pasajeros que querían conectar con la ciudad de Colonia.

Según los datos aportados por Aena, en su día, Ryanair atrajo alrededor de 500.000 pasajeros en una apuesta que se vio entonces muy débil ya que en julio apenas tres meses después de estrenarse redujo las frecuencias a los dos principales ciudades españolas a causa del aumento de tasas.

Esta fue precisamente la razón que arguyó la compañía que dirige el polémico director Michael O’Leary para abandonar no solo la plaza de Bilbao, también entonces dejó de operar en otros aeropuertos del Estado en un pulso que perdió con el Gobierno que reculó en la subida de las tasas aeroportuarias. - Alberto G. Alonso