Bilbao - La danza era su pasión. Su estilo de vida y su profesión. Con sudor y esfuerzo, la bilbaina Alazne López Etxebarria logró hacerse un hueco en el mundo de la danza en Londres y en Alemania. Se graduó y disfrutó siendo bailarina profesional, algo con lo que siempre había soñado desde pequeña. Pero de la noche a la mañana todo cambió. La muerte inesperada de la joven bailarina marcó la vida de su familia y de todos sus allegados. Falleció por una muerte súbita el 9 de mayo de 2015 en la ciudad alemana de Dortmund, lugar donde residía dejándose la piel en su profesión.

Así que hoy todos sus familiares y amigos la recordarán en Zorrotza, barrio en el que se crió y con el que tenía un vínculo muy especial. La familia de Alazne tiene esa fecha grabada en la mente. Hoy, a las 19.00 horas y por segundo año consecutivo, se celebrará un homenaje en la pista de hockey del polideportivo de Zorrotza. El aforo no permite la entrada de más de 700 personas.

La madre de Alazne, Amale Etxebarria, aún se emociona al hablar de su pequeña y se le sigue haciendo un nudo en la garganta al recordar todos los momentos. “La vida se llevó muy pronto a Alazne, pero por lo menos estuvo año y medio o dos disfrutando del trabajo con el que siempre había soñado, ser bailarina profesional”, cuenta Amale con la voz entrecortada.

La entrada al homenaje tendrá un precio simbólico de 2 euros y ya están vendidas alrededor de 600. “Para la gente que se encuentre con el acto en ese mismo momento venderemos en la puerta hasta que completemos el aforo de las 700 personas”, explica Amale.

Tres años después del fallecimiento de Alazne, cuando tenía 21 años, su madre sigue sintiendo esa angustia que se asienta en el estómago. “Lo más duro no es el trabajo físico que hay que hacer para organizar el homenaje, sino todo el esfuerzo emocional que tenemos que hacer, porque la verdad es que las emociones las tenemos a flor de piel”, admite.

Iniciativa de sus vecinos El año pasado, un miembro de la asociación de vecinos de Zorrotza se puso en contacto con la familia de Alazne para preguntarle si les parecía bien organizar un homenaje a la joven. “No pudimos decir que no”, cuenta Amale. Aun así, admite que los días previos a la celebración del memorial son duros, al igual que el mismo día del homenaje. “Ver a todos los amigos de Alazne, a los compañeros que se graduaron con ella... me trae muchos recuerdos y me remueve todo por dentro, la verdad”, se sincera, aunque asegura que se siente “encantada” de volver a reunirse con amigos y compañeros.

En el homenaje estará presente Julia Neri, proveniente de Italia y quien conocía a la perfección a Alazne. “Se graduaron juntas”, cuenta la madre de la homenajeada. “El otro día la fui a buscar al aeropuerto y la verdad es que me costó. No por el hecho de ir a buscarla, sino por todo lo que me viene a la cabeza cuando veo a Julia”, cuenta.

La bailarina italiana será la encargada de interpretar el ballet de Tulsa, pero no será la única amiga de Alazne que participará en su homenaje. Estarán sus compañeros y compañeras de la escuela de Igor Yebra en la que se formó desde pequeña. Además, Asier Couto será el encargado de bailar el aurresku de honor y también estará presente el grupo de dantzas Goialde Goikoa.

Según apunta la madre de Alazne, el acto cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Bilbao. “Nos ayudan mucho con toda la infraestructura”, cuenta. De hecho, al homenaje también acudirá Nekane Alonso, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Bilbao.

Amale recuerda lo que su hija no se cansaba de decir. “Siempre me decía que el día que fuese profesional quería actuar en Bilbao, pero sin cobrar entrada. Quería hacerlo para que sus amigos pudiesen verla bailar encima de un escenario, ya que era consciente de que muchas veces era complicado que viajaran hasta Alemania”, recuerda emocionada.

“Agradecemos que la gente se siga involucrando con esta causa”, dice Amale, que además justifica que la entrada tenga un precio simbólico “porque todos los asistentes profesionales que vienen a actuar lo hacen gratis. Al final les entregamos un ramo de flores, agradeciéndoles todo lo que hacen. Si no tenemos un mínimo detalle con ellos... no vendrán más”.

Sin duda, los amigos y la familia de Alazne sabían lo que significaba la danza para la joven. Por ello, la música y el baile componen la mejor forma que tienen de recordarla.