Nuk tiene siete años, pesa 52,5 kilos y mide 54 centímetros en la cruz. Sus medidas se diría que son de vértigo para un malamute, lo que unido al brillo de su pelo le han convertido en una estrella de rock internacional. No en vano, ha tenido la suerte de protagonizar, junto a varios actores y actrices, el último videoclip del reconocido grupo vasco Belako que presentó ayer su nuevo disco en el Palacio Euskalduna.

El malamute es un perro originario de la zona ártica, una de las razas más antiguas dentro de los perros de trineo. Es fuerte, capaz de cargar pesos considerables -hasta veinte kilos- durante decenas de kilómetros, famoso por su belleza y por sus características de fuerza y resistencia. Son grandes y potentes, y se diría que son un 60% lobos y un 40% perros. Esto es lo que buscaba la productora del videoclip así que, por mediación de Ángela Zabala, una amiga íntima de su dueño, Javi Trinche, contactaron con él.

Nuk interviene en varias escenas en las que se simula la transformación del hombre en lobo. Dice Trinche que apenas hubo que repetir tomas pese a que Nuk es principiante en esta faceta de actor. El rodaje se desarrolló durante dos días con dos escenarios diferentes para rodar tanto interiores como exteriores. En la primera sesión, en un chalé privado, tuvo que contar con la ayuda de su hijo Ibon para que le ayudara en las escenas del rodaje. “Es un perro educado y muy sociable, pero no está adiestrado, así que había que enseñarle y motivarle para que interpretara bien su papel”, relata Trinche. Además Nuk solo hace caso a los que considera superiores a él, en este caso Javi y sus dos hijos: Ibon y Olatz.

Porque los malamute son unos perros con un carácter especial. “Si les pides que aúllen no lo hacen y eso que son bastante aulladores, pero solo cuando quieren. Son más bien tozudos”. Así que para grabar las escenas hubo que darle algún que otro premio. “Me tuve que meter con él en la piscina para que entrara y cuando él estaba frente a la actriz, yo me ponía detrás, sin que me captaran las cámaras, con lonchas de jamón”, desvela.

Nuk no se puso nervioso ni tampoco la actriz, pese a encontrarse frente a frente con ese perro especial que impone y enamora a simple vista. “Tenía curiosidad por su parecido con el lobo”, relata Javi. La segunda sesión del rodaje fue en el exterior. “Yo no me podía creer todos los preparativos que se hicieron por el perro. Ha sido una experiencia muy bonita”.

Aunque Nuk es un nombre bastante artístico, al principio Trinche le llamaba Manolito. Fueron sus hijos Ibon y Olatz los que se empeñaron en cambiarle de nombre y quienes se encargaron de buscarle uno que fuera más apropiado a su carisma. Trinche ha vivido siempre con perros pero su ilusión era tener de compañero a un malamute. “Creo que fue después de ver la película Colmillo blanco cuando creció más ese sentimiento en mí”, reconoce. A partir de ahí se encadenaron las casualidades: miró en un criadero de Cantabria y allí fue con sus hijos a elegir en una camada entre siete cachorros. “Este era el más travieso. Me fijé en los huesos, su estructura y pensé que sería muy bonito de mayor”. Su instinto no le falló.

Es muy tranquilo y cariñoso pero, según Trinche, también celoso. “Si abrazo a mi pareja, Iciar, se mete en medio”, afirma. Aunque por su tamaño se puede pensar que tiene que ser un compañero un poco incómodo para un piso, lo cierto es que Nuk come dos veces al día y nunca más de un vaso y medio de pienso. Se trata de una raza que repele la suciedad así que solo precisa bañarse cada seis meses, aunque Javi dice que es Iciar quien se encarga de que además de limpio tenga el pelo bonito. En invierno sale cuando el tiempo lo permite y en verano se ha acostumbrado a ir con él a todos los sitios. ¿Renuncia a ir a sitios por su tamaño? Trinche responde sin vacilación. “Si no vives solo, siempre hay renuncias”. Está claro que le compensa. De hecho, cuando se lo pregunta, siempre contesta que “si he criado a dos hijos puedo mantener un perro que gasta mucho menos”.

Uno y hasta tres, porque desde hace unos meses Nuk tiene dos compañeros, Maia y Back, dos pastores del Cáucaso del criadero de Mungia que tiene Egoitz Gondra. La hermana de Javi ya tiene un perro de esta raza y él se decidió a ampliar la familia. “Eres la cuarta persona que quiere tener como mascota un perro de esta raza”, le dijo Egoitz, un tanto sorprendido porque como dice Javi, “es como tener de mascota un león”. De hecho, son lo que se conocen como Estrellas Rojas que Vladimir Putin tiene para cuidar su casa.

Aunque reconoce que Nuk es su ojito derecho, “a los tres les trato igual, solo que él tiene sus privilegios: es el primero en comer y es el único que tiene una parte en el sofá”. Y no solo porque es el mayor, sino porque Trinche quiere que, si tiene que haber un líder tras el dueño, este sea Nuk. “No son perros para cualquiera. Nuk es precioso pero es para gente con carácter”. En marzo es su cumpleaños y, como siempre, tendrá un chuletón de regalo. “Es mi perro del alma”, dice Trinche, corroborando lo que ya saben los que le conocen.