Portugalete - La solidaridad, el trabajo por los demás, la labor altruista, son valores que jamás debe perder el ser humano. Es ese trabajo desinteresado, que sale de lo más profundo del corazón de muchas personas lo que hace mejorar la sociedad de una forma humana. Portugalete es un municipio que cuenta con la gran fortuna de acoger a muchas manos dispuestas a ayudar, a mejorar, con su humilde labor el municipio en el que viven. Los Premios al Voluntariado que, desde hace una década concede Adaka, reconocen el trabajo de aquellos que invierten su tiempo y su conocimiento a mejorar Portugalete. En esta ocasión, los premiados con este galardón han sido Rubén Las Hayas en la categoría individual y el colegio Ruperto Medina en la categoría de Entidad del Voluntariado. “El voluntariado es muy necesario en esta localidad y es de agradecer su labor. El premio es muy merecido para Rubén Las Hayas y para el colegio Ruperto Medina por el trabajo que hacen”, precisó María José Blanco, concejala de Acción Social del Ayuntamiento de Portugalete.

EL voluntariado se identifica muchas veces con acciones relacionadas con la ayuda a desfavorecidos y otros colectivos, pero el trabajo altruista va más allá. Ejemplo de ello es Rubén Las Hayas. Al hablar de este hombre de 76 años se hace referencia a un auténtico garante de la historia jarrillera. “Me ha sorprendido mucho este premio. Está centrado en mi persona, pero este galardón es para toda esa gente que trabaja por la cultura en este municipio”, señaló Las Hayas, un gran apasionado del mundo de la historia y precursor de la publicación El Mareómetro. Esta publicación lleva un cuarto de siglo activa y, cada año, salen a la luz dos cuadernos a lo que hay que sumar los post que cuelga en su blog. Todo sobre la historia de la noble villa. Rubén, ingeniero jubilado, es uno de los motores de este grupo. “Dedico a investigar unas cuatro horas al día. Cuando uno se jubila hay que mantener la mente fresca”, admite Rubén cuya figura en el ámbito de la historia jarrillera no es solo la de investigar, sino la de servir de conexión para que diversas personas del municipio aúnen esfuerzos. “Mi labor es, básicamente, la de coordinar. Soy como el patrón de una trainera y el patrón, si no hay gente que reme, no es nada, por eso digo que el premio es también para ellos”, concluye Rubén, nacido en Gallarta pero residente en Portugalete desde los seis años.

Ruperto Medina El otro galardonado en los X Premios al Voluntariado de Portugalete es el colegio Ruperto Medina. Ellos son el ejemplo de la importantísima función que puede tener la escuela pública en la vida de un barrio. “Para nosotros es todo un honor recibir este premio. Es una forma de reconocer la labor que realizamos para promocionar y fomentar el voluntariado”, indicó Laura San José, directora del centro. Y es que, el colegio Ruperto Medina es mucho más que un centro educativo, es todo un referente en el barrio de Buenavista. “Con nosotros colabora la Asociación de Vecinos, nos ayudamos mutuamente y el Ampa colabora en todo lo que se les pide. Es un clima de trabajo muy bonito y participativo. Queremos que nuestro centro esté abierto de par en par a nuestro entorno y que todos participemos de la educación de nuestros alumnos”, desgranó San José.

El voluntariado está muy presente en el día a día de este colegio. Así, entre las actividades que desarrolla este colegio de forma natural y continua figuran, por ejemplo, los voluntarios que junto a una profesora especializada ayudan a los alumnos a hacer los deberes. También hay voluntarios dispuestos a ayudar a los escolares que les cuesta un poco más. Además, jóvenes de tercero y cuarto de ESO realizan grupos interactivos en los que se ayudan entre ellos. Estas tres actividades son solo una pequeña parte de todas las que se realizan en el Ruperto Medina, actividades que bien merecen el Premio al Voluntariado.