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¿Cuándo una mujer solista en los marijeses?

La presencia de la mujer en este rito es reciente y no vivió los sobresaltos conocidos en los alardes de Irun y Hondarribia

¿Cuándo una mujer solista en los marijeses?Juan LAzkano

GERNIKA-LUMO - La presencia de la mujer en los marijeses es un fenómeno relativamente reciente que merece un apartado especial. Al contrario que en otros ritos en los que la pureza en el respeto de la tradición ha vetado a la mujer como en el caso de los alardes de Hondarribia o Irun, los marijeses de Gernika han vivido con bastante naturalidad su incorporación. Fue entre mediados y finales de los años ochenta cuando, al calor de la citada revitalización del rito, varias mujeres jóvenes dieron el paso y se sumaron al grupo. Con anterioridad, en los años 70, Mila Obieta Katxi y Florita Sarduy ya habían abierto esa brecha, pero no de un modo tan masivo como ahora.

Ellas fueron las pioneras entre tanto hombre, pero fueron una excepción hasta que una década después un grupo de jóvenes gernikesas dio el paso y rompió la tradición. Al margen de pequeños comentarios narrativos de la nueva situación, y seguramente con algún resquemor interno por parte de algún miembro, el coro lo asumió con tranquilidad y normalidad. También al año siguiente? y al siguiente. Así lo recuerda Belén Bartolomé, que tenía 15 años cuando ella y otro grupo de chicas desafiaron la tradición hace 30 años: “Empezamos unas pocas mujeres. Al principio había algunas reticencias, en las miradas de algunos se notaba cierta desaprobación, cómo preguntándose estas qué hacen aquí, pero no eran como para hacernos sentirnos mal”.

Actualmente, hay días en que ellas superan en número a ellos, como demuestran los partes y el conteo diario realizado por Iñaki Uribarrena el pasado año, en la que los primeros cuatro días fueron más ellas que ellos. Su implicación también en labores de intendencia de los marijeses aumenta año tras año, así como su peso y autoridad moral sobre el grupo.

Sin embargo, queda una asignatura pendiente que pondrá a prueba la capacidad de adecuación a los tiempos y la tolerancia e igualitarismo de los marijeses y de los gernikeses en general: ¿Para cuándo una mujer solista? Belén lo ve así: “Estaría bien, aunque es verdad que el tono y la voz de la mujer no es igual que el del hombre. Para ser solista, una mujer debería tener una voz cualificada, muy buena. Ojalá apareciera, sería fenomenal, aunque también en este caso surgirían algunas reticencias o voces contrarias por parte de algunos hombres. Pero como ocurrió con nosotras, eso solo sería al principio, estoy segura de que pronto se superaría”.

Es una pregunta, más bien un reto, que tarde o temprano deberán afrontar y responder los y las marijeses y los y las gernikarras, cuya respuesta se antoja más compleja desde lo musical (los tonos de la mujer y del hombre son, obviamente, diferentes) que desde el punto de vista de la tradición y la necesaria búsqueda de la igualdad. - H. U.