“Renuncié a un sueldo y a un horario fijo por seguir con la joyería familiar”
Maider Parra dejó a un lado la docencia para dar continuidad al negocio que corría riesgo de cerrar la persiana
Bilbao - El perfil de las personas que deciden adentrarse en el mercado laboral a través de negocios rentables y que llevan tiempo abiertos está experimentando, según han apreciado desde la patronal Cecobi, un rejuvenecimiento. Los emprendedores son cada vez más jóvenes -entre 30 y 39 años- mientras que antes rondaban los 45-50 años. En muchas ocasiones los emprendedores buscan engancharse al mercado laboral y deciden hacerse un hueco en empresas en riesgo de cierre por falta de relevo generacional. No es el caso de la protagonista de esta historia. Ella llevaba años trabajando en lo que siempre había deseado, la educación. “Yo soy andereño”, cuenta con rotundidad a DEIA. Sin embargo, Maider Parra Melgosa tomó hace dos años las riendas del negocio familiar que corría riesgo de cerrarse. El repentino fallecimiento de su aita -segunda generación de joyeros de Bilbao- le obligó a cambiar de la noche a la mañana el rumbo de su vida profesional. “Si hace dos años me llegan a decir que iba a terminar detrás del mostrador de la joyería familiar no me lo habría creído”, confiesa.
Aunque reconoce que desde niña había trasteado entre piedras preciosas, esas con las que su padre y su hermana diseñaban las piezas de joyería, su carrera profesional decidió enfocarla a la enseñanza y llevaba años ejerciendo. “La profesión de mi familia me gustaba, pero yo estaba muy a gusto dando clases a mis alumnos”, se sincera. El negocio de la familia de Maider ha sido una de esas empresas que en los últimos años se ha visto en riesgo de cerrar y ha necesitado buscar una alternativa para poder continuar hacia adelante. “Mi padres se iban a jubilar, para viajar, pero de repente mi aita falleció y el proceso se adelantó”, recuerda Maider. De la noche a la mañana tomó la decisión de dejar los lapiceros, libros y la bola del mundo por el mundo de las gemas, diamantes y los clientes de la joyería familiar de Deusto. “Renuncié a un sueldo y a un horario fijo por seguir con la joyería familiar”, confiesa. Y prosigue: “Si no llego a coger las riendas no sé qué habría ocurrido con el negocio”, apunta.
Con el asesoramiento y ayuda de su madre, Maider se encarga de la empresa. Sin libro de instrucciones a esta mujer de 39 años le ha tocado aprender muchas cosas indispensables para ponerse detrás del mostrador. “No, no soy joyera. Soy dependienta de joyería”, dice con humildad.
Con la herramienta de transmisión de negocio impulsada por Cecobi el proceso hereditario ha sido más llevadero. Entre las cosas que más le han costado es estar de cara al público. La patronal, en la cena anual que celebra en el hotel Carlton, premió a la joyería G7, de Deusto. “Fue muy emocionante. Me acordé de mi aita”, dijo. En opinión de esta emprendedora el comercio requiere de gente atrevida que quiera apostar por este sector y esté dispuesto a rejuvenecerlo.Lo cierto es que tan solo un 15% de las empresas familiares alcanzan la tercera generación en Bizkaia. Cada vez es más complicado encontrar nuevos gestores que quieran tomar las riendas de esos negocios de toda la vida que se asoman en las calles del territorio.
Para facilitarlo, la patronal del Comercio, Cecobi y la Diputación Foral de Bizkaia pusieron en marcha hace cuatro años un proyecto de transmisión de empresas en el territorio vizcaino. Desde entonces, un total de 167 personas -entre cedentes y emprendedores- se han sumado a esta iniciativa, y más de 200 se han interesado por el mismo. De entre los participantes, 92 son cedentes y 75 potenciales emprendedores. “Es un servicio de acompañamiento con el cedente de un negocio. De lo que se trata es de hallar a ese emprendedor que le otorgue un valor al negocio y esté dispuesto a seguir con ello”, recuerda el secretario general de la patronal del comercio en Bizkaia, Cecobi, Julián Ruiz.
Parece un proceso sencillo, pero no es así. Conseguir casar todas las piezas necesarias que ayuden a una persona que por motivos de jubilación, por ejemplo, pueda encontrar al emprendedor idóneo para su negocio es complicado ya que el trámite puede dilatarse meses en el tiempo.
Según explica Ruiz en cuatro años han sido once los negocios traspasados con esta herramienta. En 2016, se iniciaron 15 procesos de transmisión, de los cuales llegaron a buen puerto cuatro y dos más iniciaron las conversaciones para lograr la transmisión, aunque no llegaron a fraguarse. “En este proceso todo el mundo gana. El que cede el negocio lo cede obteniendo un contravalor... un precio. Mientras que el que compra o alquila la actividad lo hace desde la convicción de que es un negocio rentable y que tiene una posición en el mercado”, concluye Julián Ruiz.
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