Sestao - Que llueva que llueva, la virgen de la cueva no es solo el mantra que está ahora en boga de los agricultores, de los responsables del Consorcio de Aguas por los preocupantes niveles de acopio de agua en los embalses, de los vendedores de moda de invierno que ven orilladas las gabardinas o de los seteros que ven pelados los montes porque sin agua no hay setas. La falta de agua, que ayer se descolgó tímidamente en el territorio, preocupa incluso a las animosas alumnas del taller de dibujo que la portugaluja Jennifer Pita imparte en la sestaoarra AA.VV. de Markonzaga o en la asociación de discapacitados físicos, Afises, donde con sus clases de dibujo ha abierto una senda creativa que transforma los denostados paraguas en lienzos de arte bajo la lluvia. Y es que sin lluvia, ¿cómo presume uno de arte entre varillas?.
“Yo empecé en esto por casualidad hace 7 años cuando decoré tres paraguas para tres compromisos familiares por Navidad. Desde entonces habré realizado más de 400 creaciones diferentes ya que lo que más me apasiona no es tanto la pintura en sí, sino hacer que cada paraguas, cada sombrilla u otro tipo de soportes como zapatillas, abanicos o fulares tenga un carácter único y personalizado. Trato de hacer arte para regalar y para ello es importante conocer los gustos del destinatario del regalo”.
Este carácter personal, único e intransferible es uno de los motivos que ha llevado a varias de sus más de 20 alumnas a atreverse a hacer sus propias creaciones que están a la espera de la lluvia para poder mostrarse en plenitud. “Mi labor es enseñarles los fundamentos del dibujo, sus técnicas, sus variantes de método y materiales y aunque sí que es cierto que la mayoría de las alumnas opta por el soporte clásico del lienzo blanco y el folio, hay algunas, y esperemos que cada vez más, que se atreven a plasmar su creatividad en un soporte diferente como puede ser un paraguas con el que salir a la calle un día de lluvia y llevar un pequeño lienzo artístico”. Para esta joven treintañera madre de dos hijos -la mayor ya le birla los pinceles a nada que se descuida- su trabajo como pintora de paraguas se desenvuelve bien gracias al boca a boca de aquellos que han confiado a su talento la reproducción de estampas singulares. “Solo en los retratos me siento un tanto precavida porque es una reproducción muy real. Prefiero darles una pequeña reinterpretación”, señala esta licenciada en Bellas Artes por la UPV y postgrado en restauración que se encargó de devolver su dorado esplendor a la fallida reapertura del café Boulevar de Bilbao y que a pesar de se una mujer del siglo XXI no se ha dejado seducir por la red para dar a conocer su trabajo. “Tan solo tengo una página de Facebook donde cuelgo mis creaciones pero de momento el boca a boca y algunos establecimientos que me conocen son mi mejor tarjeta de presentación”, apunta esta joven que lleva más de 14 años colaborando con la AA.VV. de Markonzaga y con Afises. “Para mí son como una familia ya que me han conocido desde que empecé tras salir de la universidad”, reseña esta pintora que ante la lluvia cubre las cabezas con arte.