NO fue, no podía serlo, una casualidad. Justo un siglo después de que estallase la Revolución de Octubre, también conocida como Revolución bolchevique, sustentada en consignas como Paz, pan y tierra y Todo el poder para los sóviets, en ese mismo otoño, cien años más tarde, el Cineclub FAS, inició ayer su nuevo ciclo otoño-invierno en el salón El Carmen, de Indautxu, donde acostumbra a proyectar con asiduidad. ¿Por qué les traigo hasta esta página de ayer alguno de los fantasmas del ayer? Hay una explicación, cómo no. Cineclub FAS eligió ayer para el arranque, la proyección de Octubre, la película que rodó Sergei M. Einsestein. Octubre es un canto, un himno vigoroso a la revolución de octubre 1917 en Rusia. Al cabo de diez años de aquellos sucesos se quiso rodar una apología de la misma y encargaron el trabajo a uno de los cineastas más prestigiosos de todos los tiempos.
La película muda sigue la filosofía comunista de la época. No hay personajes principales. La habilidad de Einsenstein y su experiencia se ve en los rápidos movimientos y en el ritmo en el montaje, así como en la construcción de intensas secuencias. Muchos participantes de la revolución, tales como los guardias rojos, soldados, marineros o personajes como Trotski y Lenin aparecen en el filme, dando buena prueba de la fidelidad que pretende reflejar su director. Eso se contaba ayer en la plaza Indautxu, antes de que que comenzara la proyección de la película.
A la cita con la nueva etapa no faltaron Norberto Albóniga, José Julián Bakedano, que presentó la película y moderó el coloquio posterior; Iñaki López de Agileta, director del área de Cultura del Ayuntamiento de Bilbao; Txarli Otalora, Gaizka Usatorre, Manu Pajas, Daniel Rubio, el cineasta Toni Garzón, molido tras el intenso trabajo realizado en Zinemaldia; Moussa Goudiaby, Txaro Landa, Juanjo Ortiz, hombre fuerte de La Caixa en estas tierras; Iratxe Fresneda, Ruth Otxoa, Carmen Saiz, María Antonia Martínez, Juan Zabala, Unai Etxebarria y otra mucha gente cinéfila empedernida.
El retorno supuso un reencuentro con el séptimo arte. Al mismo tampoco faltaron Arantza Lejabeitia, Javi Carrasco, Txutxi Otaola, Txus Ortells, Lourdes Carranza, Dani González, Denisse González, Ángel Rivas, Cristina Odriozola. Juan Agirre, Iñaki Muñoz, Salvador Zabala, Txus Retuerto, Txomin García y así hasta ir poblando el patio de butacas.
Es costumbre que así sea. No por nada el Cineclub FAS fue fundado en 1953 por un grupo de aficionados al cine, en pleno auge del asociacionismo cinéfilo. Es el cineclub más antiguo de Europa con una programación estable e ininterrumpida. A lo largo de su existencia ha reunido, en sus encuentros semanales con el público, a un nutrido grupo de realizadores, intérpretes, guionistas y productores, además de a críticos de cine, historiadores y personalidades de la cultura.