Zalla - El sacrificio ha merecido la pena para la delegación encartada en los campeonatos de policías y bomberos. La ertzaina Itziar Sáez se colgó cuatro medallas -tres oros y un bronce- y su compañero Joseba Pantzeska una plata en taekwondo. Por su parte, el policía municipal del municipio regresó en agosto de Los Ángeles con una plata.
Itziar Sáez se emocionó al cruzar la línea de meta en una de las pruebas mirando al cielo “en recuerdo de mi padre” fallecido y le entregó las medallas Steve Lewis, “campeón olímpico de 400 metros en Seúl 88 y plata también en 400 metros en Barcelona 92”. Ha participado en “Australia en 2007, Vancouver en 2009, Nueva York en 2011, Belfast en 2013, Fairfax en 2015 y Los Ángeles en 2017”. Y todas esas ciudades se subió al pódium con 28 medallas en total: nueve de oro, 15 de plata y cuatro de bronce. No contenta con eso, ya piensa en ampliar su palmarés dentro de dos años, en China. Brilla en los 400 y 800 metros, aunque ha probado suerte en los 1.500.
Le apasiona el atletismo desde que despuntó “junto con mi hermana gemela, Arantzazu, a los 9 años”. Su padre advirtió las facultades de ambas y les propuso ponerse en manos del entrenador Vicente Álvarez, en su día campeón de España de veteranos en 3.000 obstáculos. “Dice que es una pena que no hubiéramos continuado, porque podríamos haber sido internacionales en categoría junior”, agradece a su mentor.
Se apartaron de las pistas por un cúmulo de circunstancias. Itziar considera que sufrieron zancadillas por el camino. “Nunca nos concedieron ni siquiera vales para comprar material deportivo, y eso que mi hermana ganó un campeonato de España”, recuerda. Ante la imposibilidad de hacerlo en Zalla, debían desplazarse a Fadura o la Universidad de Leioa. Pudieron enrolarse en un equipo de primer nivel, pero en casa pensaron, a su juicio acertadamente, que antes les convenía estudiar, así que abandonaron la competición en la veintena.
Las vidas de las gemelas Sáez han discurrido paralelas. Arantzazu también es ertzaina y ha ganado medallas en encuentros internacionales de policías y bomberos, en los que han llegado a coincidir. Aunque Itziar temió perderse el viaje a Los Ángeles por una inoportuna lesión “de la que me ayudó a recuperarme mi actual preparador, Enrique Castelo”, llegó a tiempo para vivir una experiencia inolvidable. Ahora sitúa su próxima meta en los campeonatos de veteranos de 2018, mientras sigue colaborando con eventos en Enkarterri como el cross Zalla-Balmaseda-Zalla y pide que se dote a Bizkaia de una pista de atletismo cubierta, ya que “solo hay una en Donostia, muy lejos para ir a entrenar”.
Con la orientación del fisioterapeuta, Carlos Quevedo, y su entrenador Rominho Godoy, José Luis Arranz logró una plata en la disciplina de submission groppling, “una mezcla de lucha libre y jiu-jitsu en la que empiezas peleando de pie y puedes terminar en el suelo”, superando a casi 300 participantes y la dureza de la preparación. “En los entrenamientos llegué a llorar”. Lo recuerda muy bien, junto con “el buen rollo entre los deportistas”. De Estados Unidos se trajo el sabor a victoria y una máxima que repetir a los chavales que entrena en Enkarterri: “si te esfuerzas, nada es imposible”, una declaración que suscribe Joseba Pantzeska García, el ertzaina de Zalla que consiguió una meritoria plata en taekwondo.