Miguel Ángel Pardo
Santurtzi - La del pasado domingo será una jornada que jamás olvidarán Kike Gago y Nagore Navarro. Este durangarra y esta bilbaina estaban organizando, un año más -y ya eran veinte- la gala de entrega de los premios Gorka, un evento que iba tocando a su fin cuando, por sorpresa, fueron llamados al escenario. Les abrieron pasillo para que, desde el puesto de control, pudiesen acceder al escenario central donde recibieron el reconocimiento de las cuadrillas santurtziarras y de la Comisión de Fiestas y un premio Gorka por su trayectoria al frente de la gala. “Fue toda una sorpresa, un momento en el que no sabíamos muy bien qué hacer, fue algo muy emocionante”, explica Nagore Navarro, una actriz bilbaina de 44 años. “No lo esperaba para nada, porque además, para nosotros resulta casi imposible hacer ese recorrido. No podíamos negarnos porque era algo muy bonito”, indica Kike Gago, actor de 50 años.
Para ambos, estos premios suponen más que un trabajo de 20 años, ya que los Gorka significan para ellos sus inicios en el mundo de la interpretación. La empresa “Tarima nos dio clase en la escuela de Basauri y nos propuso hacer esta gala. Nos lanzamos y, con el tiempo, fuimos mejorando y evolucionando. Los cuadrilleros se entregan mucho y participan de tal forma que lo dan todo”, indica Nagore. Estos galardones les han permitido conocer mucho mejor Santur-tzi y, concretamente, sus fiestas. “Cuando empezamos, yo no conocía demasiado de Santurtzi porque me queda un poco lejos de Durango, pero ahora puedo decir que estas son mis fiestas”, desarrolla Kike. Descubrieron un pueblo, unas fiestas y muchas personas, muchos cuadrilleros que han ido participando en estas galas que, cada vez, han ido cobrando un mayor protagonismo. “Lo más característico de estas fiestas es el ambiente que generan las cuadrillas. Son ellos quienes, en gran parte, hacen las fiestas y así lo sienten”, explica Nagore quien en los inicios presentaba estos premios junto a Kike.
Cada gala de los Gorka tiene detrás altas dosis de trabajo e imaginación. Los ensayos para dar forma a las coreografías y sketches que conforman esta gala empiezan a idearse y ensayarse allá por el mes de junio. “Tenemos un tiempo limitado, porque además, tratamos de no ensayar durante las fiestas. Por eso, intentamos llevar ideas claras y tratamos de dejar todo finiquitado dos semanas antes del inicio de las fiestas”, apunta Nagore. Pero esa labor que se cristaliza a partir de junio es fruto de muchas ideas que surgen a lo largo del año en muchas situaciones cotidianas como, por ejemplo, viendo una película. A lo largo de estas dos décadas de trabajo con un buen número de cuadrilleros, tanto Kike como Nagore han descubierto verdaderos talentos. “Ha pasado gente con mucho valor, que tenía madera de artista. Además, suele ocurrir que son personas que durante los ensayos no llaman la atención pero que luego, en la gala, da un paso al frente y demuestran que valen mucho”, apunta Kike.
Emoción Ambos ceden el testigo a Loida Gómez y Laia Mata, dos personas que han estado trabajando con ellos los dos últimos años. “Lo dejamos con pena, pero es el momento de dejar paso a gente con ideas nuevas y con otros puntos de vista. Dejamos estos premios en muy buenas manos”, indica Kike. Se les va a hacer raro y, a buen seguro “lo vamos a echar de menos”. El año que viene volverán a ver la gala de los premios Gorka, aunque pasarán de estar en el puesto de control tras haber estado ensayando y puliendo todos los detalles, a ver la gala casi como un espectador más. Aunque lo harán sabiendo qué se siente al recibir un merecido Gorka que ya tienen en un lugar preferencial de sus casas por sus 20 años de labor en favor de estos premios que son ya todo un clásico en las fiestas de Santurtzi.