Todo pueblo o comunidad tiene un origen, un principio que con el tiempo ha evolucionado o se ha perdido en el camino. El pueblo vasco es uno de los más antiguos de Europa. Se ha escrito mucho sobre el tema y aún hoy se mantiene el misterio de quienes fueron los primeros pobladores de las tierras que moja el mar Cantábrico. Este verano, gracias a la Diputación de Bizkaia, existe la oportunidad de indagar en ese pasado conociendo algunos de los vestigios que se pueden encontrar en la comarca de Busturialdea. Lugares como la estación megalítica de Katilotxu (Mundaka), el Castillo de Ereñozar (Ereño), el Oppidum de Arrola (Nabarniz), la Necrópolis de Tribisburu (Bermeo) o el poblado romano de Forua se abren al público mediante un programa de visitas con las explicaciones de expertos en la materia.
La institución foral invita a descubrir los principales yacimientos arqueológicos de la Reserva de la Biosfera, gracias al llamado Itinerario Histórico de Urdaibai que se realizará en los meses de julio y agosto. Aquellos interesados en conocer un poco más de historia, podrán descubrir los resultados de las distintas investigaciones realizadas en los cinco enclaves mencionados. “Las personas que participen en estas visitas conocerán los principales yacimientos arqueológicos de este excepcional entorno paisajístico y natural de Bizkaia”, detallaron desde la Diputación foral. Las visitas podrán ser en euskera, castellano y en lenguaje de signos, en este caso será el 6 de agosto al Oppidum de Arrola. De cara a ofertar un servicio de calidad y sostenible, el número de personas que acudan a la visita será restringido, por lo que los interesados deberán realizar la reserva previa por teléfono o correo electrónico.
En cuanto a los lugares que conforman el itinerario histórico, el Oppidum de Arrola es uno de los más importantes poblados prerromanos del Cantábrico oriental. Levantado sobre la cumbre de la cordillera de Gastiburu en el siglo IV AC, fue el núcleo de población que articuló la vida en Urdaibai hasta el siglo I DC. El poblado se reparte entre los municipios de Arratzu, Nabarniz y Mendata, en una extensión de 16 hectáreas. Este tipo de fortaleza o castro es el más frecuente en el paisaje de la Edad de Hierro, siendo Arrola el mejor conservado de los que existieron en Bizkaia. El conocimiento de la vida en el Oppidum de Arrola se completa con la visita al centro de interpretación, Arrolagune.
Otro de los lugares dentro del programa de visitas es el Conjunto Romano de Forua, el yacimiento arqueológico de época romana mejor conservado de la costa vasca. El yacimiento ha dado a conocer la existencia de catorce construcciones de diferentes tipologías y usos. Además, se han localizado numerosos hornos metalúrgicos para la fundición del hierro y varias herrerías para la labra de herramientas, armas y barras de metal.
La Necrópolis de Tribisburu es otra de las joyas del Territorio. La Diputación Foral comenzó hace cuatro años las tareas de excavación en este tesoro arqueológico en el que, hasta el momento, se han localizado diez estructuras funerarias, recintos dentro de los cuales se depositaban las cenizas y los efectos personales incinerados del difunto.
El Castillo de Ereñozar es otro enclave que forma parte de este itinerario. La investigación arqueológica de este yacimiento constata una secuencia histórica desde la Edad Media hasta la actualidad. En la cumbre, coronada hoy por una pequeña ermita, los visitantes podrán revivir las épocas de castillos medievales y fortalezas que durante la Edad Media vigilaban los valles y su modo de vida.
Finalmente, la estación megalítica de Katilotxu presenta dos dólmenes excavados y restaurados entre los años 2004 y 2008 y tres estructuras tumulares no intervenidas. Se trata de construcciones funerarias de uso colectivo adscritas culturalmente al periodo neolítico y al calcolítico. Una ruta, en definitiva, para adentrarse en la historia.