Un trabajo en equipo para superar los problemas del alcohol
Alcohólicos Anónimos se gestó cuando en 1935 Bill W. acudió a un amigo para combatir juntos su adicción
Bilbao - Alcohólicos Anónimos surgió en Estados Unidos en 1935 cuando Bill W., un hombre de negocios de Nueva York, logró dejar de beber tras fracasar varias veces. En su lucha por mantenerse sobrio buscó a otro alcohólico para evitar la recaída. Poco después, conoció al doctor Bob S., también alcohólico. Trabajaron juntos en su deseo por rehabilitarse y decidieron prestar ayuda a otros alcohólicos mientras se mantuviesen sobrios. De esta manera, en 1939 crearon la fundación de Alcohólicos Anónimos, un programa que desde entonces se ha extendido al mundo entero. A día de hoy, la comunidad tiene presencia en 115.000 grupos locales del mundo entero.
La capital vizcaina tiene su sede en la Plaza Nueva. A ella acuden hombres y mujeres de cualquier edad aunque según apunta Fernando “los jóvenes son los que más se resisten a pedir ayuda”.
Alcohólicos Anónimos lleva 82 años ayudando a las personas que por diferentes razones se han visto atrapados en las garras del alcohol. El problema es grave, aseguran los expertos. Concretamente en Euskadi, cada fin de semana, el alcohol se convierte en el principal protagonista del 17% de adolescentes vascos de entre 15 y 24 años. Sin ir más lejos, el pasado año realizaron 71 intervenciones de alcoholimetrías a 14.484 jóvenes en más de 55 municipios vascos.
En las reuniones que acuden los alcohólicos, estos comparten sus experiencias y le transmiten cosas tan sencillas como que “si no se toma la primera copa, no se puede uno emborrachar”, o a no proponerse metas a largo plazo y sustituirlas por otras de plazos más cortos, como por ejemplo 24 horas.
El problema se supera a base de recuperar la confianza y de asumir que el alcohol no hace más que mermar nuestras capacidades mentales. En las terapias, exalcohólicos ayudan a quienes todavía no han superado la adicción. Les explican que si dejan de ingerir alcohol, los alcohólicos se recuperan físicamente de su enfermedad. Pero, el alcoholismo es una enfermedad que no solo afecta al cuerpo, si un alcohólico en recuperación quiere alcanzar una sobriedad duradera necesita también una mente sana y unas emociones equilibradas. Pero ese camino que hay que recorrer no es siempre fácil. “La gente cuando deja de beber sufre físicamente bastante”, asegura Fernando, miembro de Alcohólicos Anónimos.
En estos 82 años de vida de la asociación son miles los que con tesón han conseguido dar la espalda a un problema que se inició en muchos de los casos por diversión. Aunque son conscientes de que en el camino han arruinado, incluso, la vida de muchas personas ahora tras superar la adicción echan la vista atrás y solo piensan en disfrutar sin necesidad de tomarse una copa de alcohol. “La vida vale la pena como para no perderla. Alcohólicos Anónimos me ha ayudado a verlo”, concluye Fernando. - Y. Pozo
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