Etxebarri escucha el trinar de los pájaros
La asociación Txori Lagunak pone nota al entrenamiento de más de 180 aves cantoras en el concurso celebrado en Kukullaga
Etxebarri - El parque Kukullaga, en Etxebarri, amanecía ayer al abrigo del canto de unos 200 jilgueros pardos y sus mixtos. Unos tras otro iban, con sus alegres cantos, provocando cientos de pequeñas brisas sonoras que, unidas al buen tiempo que acompañó a la jornada volvieron a hacer del concurso de canto de pájaros silvestres de Etxebarri una cita muy especial.
Se trata de uno de los 14 certámenes de este tipo que los socios de la asociación Txori Lagunak celebran en el territorio. Los amantes de estas variedades de pájaros silvestres logran, con gran maestría y dedicación, que los auténticos protagonistas, las aves, no paren de emitir sonidos y logren unas “cantadas” únicas y tan características.
Los casi ochenta participantes, con sus más de 180 pájaros se citaron pronto para ir disputando las sucesivas rondas. En cada una de ellas, y separados de tres en tres y en base a su variedad -jilguero, pardillo y sus mixtos-, cada animal dispone de diez minutos para demostrar que su dueño le ha instruido correctamente. Esa es una de las claves de esta afición, la relación entre ambos. Y es que “la dedicación es casi exclusiva”, explica Adrián Salado, presidente de Txori Lagunak.
Los entrenamientos suelen variar, pero, en general se trata de que el pájaro aprenda por imitación o repetición. “Se les graban alguna serie de cantadas que nos gusten y se las ponemos”, concreta Salado. Aunque lo que hace que canten como los ángeles es, sobre todo, el “campear” con ellos. Es decir, llevarlos al campo y que asocien que cuando salen tienen que cantar, al igual que hacen en la naturaleza.
Otro de los pilares de esta afición son las capturas de los pájaros, que tienen lugar en su hábitat natural. Como explica Salado, “el truco reside en atraer al pájaro con otro o con comida y entonces atraparlo. Siempre es mejor que sean jóvenes, porque aprenden más rápido”. Todo ello está regulado, ya que se necesitan licencias y permisos para poder capturar los pájaros y celebrar este tipo de concursos”. Además, “somos los primeros que nos preocupamos por los pájaros y la naturaleza”.
Uno de los que se animó ayer, como lleva haciendo más de diez años, fue Juan Pedro Labrador. “Siempre me han gustado los pájaros y desde pequeño los he tenido en casa. Cuando descubrí que además podía participar en este tipo de concursos me enganché desde el principio”, comentó mientras preparaba a uno de sus jilgueros. Lo más importante de estas citas es “disfrutar de nuestra afición y de los pájaros que tanto nos gustan”, explicó.