Mungia - Koopera, que aglutina a varias cooperativas y empresas vascas de inserción social con el apoyo de Cáritas, cumple este año su vigesimoquinto aniversario siendo todo un ejemplo de economía sostenible y solidaria. Su planta, Koopera Reusing Center, ubicada en Mungia, gestiona anualmente 12.000 toneladas de residuos reutilizables. La mayor parte de este material lo representa el textil con treinta millones de prendas, que son clasificadas para su reutilización o reciclaje, teniendo en cuenta su calidad y estado.

A estas cifras se une su apuesta por la generación de puestos de trabajo, con la especificidad de que muchos de ellos están dirigidos a personas con dificultades de exclusión social. Actualmente, esta red de cooperativas ofrece 382 empleos, de los cuales más de la mitad (55%) están orientados a “perfiles de inserción social” que reciben un “itinerario personalizado y acompañamiento para luego poder acceder al mercado laboral ordinario”, según explicaron desde la entidad.

Precisamente, la inmensa instalación perteneciente a esta entidad, con 4.450 metros cuadrados de extensión, acogió ayer uno de los principales actos que conmemoran los 25 años de vida de Koopera. Al evento acudió el lehendakari, Iñigo Urkullu, que visitó las instalaciones acompañado del director gerente de la asociación, Javier Mariño; el presidente de Red Social Koopera, Oskar Pérez; el director de Cáritas Bizkaia, Carlos Bargos, y la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal. Tras la visita guiada, que duró casi una hora, Urkullu destacó que Koopera constituye “todo un ejemplo de economía social y solidaria” que favorece la “inclusión e inserción”, al tiempo que aseguró que el empleo creado por esta red de cooperativas es “la mejor política social para nuestra sociedad”.

La planta Koopera Reusing Center recibe a diario la visita de camiones procedentes de 981 contenedores ubicados en 284 municipios de toda la cornisa cantábrica. De las 12.000 toneladas procesadas en estas instalaciones, el 69% es ropa, el 16% calzado, mientras que los juguetes -un 8,2%- y los libros, pequeños aparatos eléctricos y electrónicos, junto con productos de bazar, completan el lote de material reciclable.

Una vez se recoge el material, la fracción textil se clasifica a través de un proceso automatizado de reconocimiento de voz. De este modo, el técnico nombra una de las más de cien órdenes procesadas en el sistema informático y, al instante, la prenda es enviada a su lugar de destino mediante unas cintas transportadoras. Finalmente, la ropa reusable puede tener dos destinos. La mayoría del material textil va dirigida a una de las 34 Koopera store (las tiendas de la cooperativa), 17 de las cuales están en Euskadi, mientras el resto es transportado a proyectos internacionales que Koopera gestiona en Chile y Rumanía.

Koopera, cuyo embrión se sitúa en la iniciativa Rezikleta, nacida en 1992, es hoy una entidad formada por más de 300 empleados, de los cuales un 55% lo forman personas con un perfil de inserción social. Según precisó su director gerente, Javier Mariño, estos trabajadores reciben un “proceso de acompañamiento y un itinerario personalizado” en su puesto laboral, tras el cual, un “alto porcentaje de los que lo completa pueden luego acceder al mercado laboral, tras su paso por la entidad”. “Para nosotros es muy importante generar empleo a través de la economía circular que se basa en reutilizar algo que nadie utiliza para generar economía, así podemos introducir de nuevo materiales en desuso en la sociedad para seguir creando empleo y economía”, subrayó el director. Junto a ello, Koopera apuesta por colaborar con otras empresas. En este contexto, uno de sus proyectos más innovadores es la elaboración de moquetas para automóviles a partir de estos materiales recogidos en su planta.