Balmaseda - Si aún quedan niños urbanitas que, aunque suene a tópico, creen que los huevos o la leche provienen del supermercado, ahí están Esther Gómez y Eneko Allende para desmentirlo con ejemplos prácticos. Esta pareja de Balmaseda cría más de cien animales. Llevan una representación de los mismos de feria en feria, a colegios, centros de educación especial o residencias de mayores no solo para enseñar que el mundo rural continúa vivo, sino también para aprovechar los beneficios que la compañía de los animales reporta para tratar determinadas enfermedades.
Esther regenta una peluquería canina en Balmaseda. Eneko trabaja en una granja de leche. Cuando se conocieron la conexión fue más allá de lo personal. Los mundos de ambos encajaron “y hace dos años decidimos lanzarnos a la piscina”. Lo hicieron navegando en una especie de Arca de Noé de “más de cien aves y mamíferos autóctonos y exóticos: gallinas de Japón, pato mandarín, cerdo vietnamita, otros originarios de China o Guinea, tortugas tropicales, ponis...”, enumera Esther.
Asumen que para los animales que cuidan con mimo “no existen fines de semana ni festivos, porque además, conservo la peluquería en Balmaseda, pero ambos sabíamos dónde nos metíamos”. A la cabra que a Esther le cuesta calmar para sacar la fotografía “se le murió la madre cuando tenía dos años y la hemos alimentado con biberón”.
Los acogen cuando son pequeños, “mientras que otras veces la gente contacta con nosotros porque ya nos conocen”. También consultan anuncios en Internet, siempre cerciorándose de que se cumple la legalidad. En la Txerriki Azoka de Sopuerta, Gangas Eguna de Zalla, la feria de San Andrés y La Inmaculada de Gordexola y eventos similares en Morga, Bilbao o Gasteiz reproducen una parte de su universo en una granja móvil que hace las delicias de los más pequeños. Tardan poco más de una hora en montar el cercado y todo lo necesario para que los animales se sientan casi como en casa. “Nos encanta ver la reacción que despiertan, sobre todo en las zonas urbanas. Solo con observar las caras de ilusión de los niños compensa el esfuerzo que supone para nosotros. Muchos chavales no han tocado una gallina en su vida y alucinan cuando ven que ponen un huevo. Se dan cuenta de que es una realidad que no está tan lejos como pensaban”, dice Esther.
Las tortugas se convierten en las estrellas indiscutibles compartiendo la atención infantil con el poni, que rara vez no está acompañado. El equino “ayuda en terapias, les proporciona confianza”, de la misma forma que han comprobado el cambio a mejor que experimentan los usuarios de los centros asistenciales que visitan Esther Gómez y Eneko Allende con algunos de sus animales.
Perro de rescate Otro de sus fieles compañeros que ha obtenido reconocimiento dentro y fuera de Enkarterri es Kaiser, un border collie que se impuso en un concurso de segundo grado de rescate acuático. “Superó pruebas de obediencia en tierra y agua, circuito de obstáculos y socialización, sacó a una persona del agua, nadó y se tiró desde una lancha”, detalla. Esta raza “no suele emplearse en rescates, pero Kaiser destaca por su inteligencia”. “Afortunadamente” no ha llegado a intervenir en una situación de peligro real, “los perros no se emplean en catástrofes con tanta frecuencia como en otros países como Francia o Italia”. Esther y Eneko prefieren que Kaiser y sus compañeros de granja sigan arrancando sonrisas a mayores y pequeños allá por donde pasan.