Lezama - Sus destellos de oro y luz son un saludo sonoro y fresco, una invitación al brindis, al trago sosegado y disfrutón que se paladea con rictus de sonrisa. Ieup!, reza la etiqueta, dejando claro que la botella presta al descorche es nada más y nada menos que una alegre bienvenida. Es el nuevo txakoli de la bodega Magalarte de Lezama, un nuevo caldo que nace fruto de la ilusión y el esfuerzo de dos nombres propios que rubrican el devenir de toda una saga de productores de txakoli. Iñaki y Andoni Aretxabaleta, padre e hijo, son cuarta y quinta generación de una familia de hacedores de este elixir dorado tan típico de Txorierri. Ambos constituyen esa sabia combinación de experiencia, juventud, tradición y nuevas tendencias. Y esas sinergias han dado como resultado este nuevo txakoli, elegante y expresivo, que sale al mercado con una botella de atrevido diseño, en el que el Ieup! sobre el cristal está coronado con el dibujo de una mano que alza el sombrero a modo de gozoso saludo. Así, este caldo se suma al txakoli que llevan años elaborando y comercializando con el nombre de Magalarte, la bodega lezamarra en la que se gestan y reposan estos vinos bajo la mirada y los cuidados mimosos de la familia Aretxabaleta.
El nuevo txakoli ha convencido a los paladares exigentes. La primeras botellas tuvieron su presentación y puesta de largo en el pasado mercado de Santo Tomás de Bilbao y este caldo ha obtenido el primer premio de la azoka en la categoría de txakoli blanco. Ahí es nada. Ahora queda la laboriosa tarea de hacerle un hueco de honor en las barras de tabernas y restaurantes, y en el corazón y las papilas gustativas del público, con una mirada especialmente puesta en ese sector, quizá más joven, que comienza a descubrir las bondades de estos caldos tan elegantes, tan de la tierra.
La vida de Iñaki Aretxabaleta está mecida por el movimiento de las ramas de las vides. Fue su bisabuelo Nicolás el que comenzó a elaborar txakoli en su baserri de Zamudio, de nombre Magalarte. “En nuestro caserío se trabajaba mucho el campo. Nicolás hacía hasta 5.000 litros ¡y no tenía tractor!”, resalta. “Antes se elaboraba mucho para autoconsumo, pero en nuestra casa también se hacía para vender”, explica, rememorando cómo acudían desde los bilbainos txakolis de Begoña y de San Ignacio para adquirir estos caldos que gestaban los Aretxabaleta. Con el tiempo, Iñaki se trasladó a Lezama y puso en marcha la bodega en la que se elaboran los caldos que han bautizado con el nombre de aquel caserío familiar originario. Hoy hacen cerca de 50.000 litros de txakoli blanco a los que hay que sumar los de la línea fermentada en barrica.
Saga Familia fuertemente unida al universo de estos vinos, Iñaki narra que su padre fue uno de los fundadores de la denominación de origen Bizkaiko Txakolina, consejo regulador que hoy el propio Iñaki preside.
La cantera está garantizada. Andoni, con solo 25 años, ha estudiado ingeniería agrícola y enología y se ha lanzado con ilusión a la elaboración de este elixir cuya fórmula lleva grabada en su mapa genético.
Hoy padre e hijo caminan entre viñedos y barricas lanzando ese topa alegre que nace de su Ieup!, su nuevo txakoli. “Es un txakoli expresivo en aroma, en boca”, explica Andoni. “Ieup es una expresión muy nuestra, un saludo, una invitación al brindis. ¡Hasta el himno del Athletic tiene un Ieup!”, añade riendo Iñaki. Y lo dice a la sombra de su vecino, el blanco y tenso arco del genuino San Mamés que ahora corona Lezama.