trapagaran - La firma Independent Motor Center es una pequeña empresa familiar surgida de uno de los últimos ERE de la extinta empresa Babcock, que se ha convertido en menos de una década de vida en un referente en la customización de vehículos de motor -motos, turismos, furgonetas o camiones- y en la personalización artística sobre casi cualquier soporte imaginable.
“Lo más chocante que me ha tocado pintar con mi aerógrafo ha sido, probablemente, un body paint en el cuerpo de una modelo”, explica Nerea Ciprián, esposa y nuera, respectivamente, de Javier y Domingo Alonso, fundadores de la firma ubicada en el polígono Ibarzaharra, frente al pabellón de Bricomart, y cuyo proyecto empresarial recibió en 2009 el premio Argia de la Diputación Foral de Bizkaia como proyecto de mejor perspectiva de viabilidad.
Y no se equivocaban, pues esta empresa familiar ha sabido adaptarse a las condiciones del mercado para sortear la crisis, abriendo su creatividad y conocimientos técnicos a nuevos campos de actuación. Primero fueron las motos y sus recambios, luego se añadieron los vehículos de cuatro ruedas y hoy día plasman su oferta en todo tipo de soportes.
“Mi padre y yo trabajábamos en la Babcock pero con uno de los ERE nos vimos en la calle, lo que me dio pie a recuperar una actividad que había llevado a cabo antes en un desguace donde construía motos”, recuerda Javier Alonso. Este mecánico vocacional pudo unir a su talento constructivo a la dilatada experiencia de su aita en el mecanizado de piezas y la soldadura y su pasión por las motos.
“En 1998 Domingo, ayudado por su hijo construyó de la nada una moto con la que acudió al Show Bike de Faro (Portugal), una de las citas obligadas del calendario europeo de vehículos custom, donde obtuvo una doble distinción; el Best Street Fighter y el Best Paint in the Show.
No es de extrañar que con estos antecedentes, decidieran crear en 2009 la empresa que tiene un alto componente familiar, pues junto al padre Domingo, su hijo, Javier, y su nuera Nerea, otro yerno trabaja también en las instalaciones.
“Además creo que el relevo generacional está garantizado, porque mi hijo mayor Erik, de 10 años, ha mamado este mundillo”, apunta Javier. También confiesa que su compañera Nerea es la que marca la diferencia. “Es una artista cuyas obras, cuyos diseños, no dejan a nadie indiferente”.
Aerógrafo Nerea Ciprián es licenciada en Bellas Artes por la UPV en la rama de Edición gráfica y fue consciente desde el momento en que se incorporó al taller familiar, que ella era la encargada de poner la guinda a los proyectos motorizados que realizaban los Alonso.
Poseedora de un amplio book de obras de arte que traslada a las carrocerías de las motos o vehículos de cuatro ruedas, esta santurtziarra reconoce que se siente más a gusto con la customización de otro tipo de elementos como guitarras, tablas de surf, zapatos, muebles o retratos.
“Hace poco fuimos a una empresa de enmarcación para pedirle que nos expusiera un retrato de Clint Eastwood y nos miró como si intentáramos colocarle una fotocopia”, recuerda indignada Nerea, quien destaca que algunos de los rasgos del cuadro “eran de apenas de 0,18 milímetros de grosor”. Por eso, y para poner en valor su creatividad y técnica con el aerógrafo -fue alumna en Cataluña del prestigioso artista Craig Fraser-, Nerea está ultimando una página web donde tiene previsto exponer sus customizaciones y diseños en motos y vehículos -muchos de ellos ruedan por las carreteras vascas y algunos por las estatales- e incluso valora la posibilidad de incluir vídeos del trabajo en sí. “El aerógrafo aporta a la obra una delicadeza similar a la imprenta”, destaca la artista de la familia.