El centro de FP de Fadura frena la desigualdad
El instituto de enseñanza profesional getxotarra elabora un plan estratégico
Getxo - “Ocurre que una chica saca el ciclo de mecánica con unas notas fantásticas y la propones a un taller para que haga allí las prácticas y no la quieren coger o la quieren poner en un puesto que no es el que le corresponde. Cuando yo estudié automoción había dos chicas y en las prácticas las cogieron para recepción. También conozco casos de mandar a una chica como becaria, la jefa de taller ser mujer, y decir que no la quiere porque se revoluciona el personal. Hay casos que son auténticas barbaridades...”. La descripción de estos hechos la realiza Alex de la Cruz, uno de los profesores del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) de Fadura y miembro de su comisión de Igualdad. Y es que este centro educativo ha elaborado su primer plan para tratar de romper con las barreras que condicionan a hombres y mujeres.
Las paredes del CIFP de Fadura reflejan una contundente separación por sexos. En sus aulas se estudia, entre otras materias, electromecánica de vehículos y automóviles, mantenimiento electrónico, cuidados auxiliares de enfermería y educación infantil. “En los ciclos industriales, que son fabricación mecánica, transporte y mantenimiento de vehículos, electricidad y electrónica, hay 180 alumnos y solo cinco chicas. Mientras que en los ciclos de servicios -sanidad, educación infantil y deportes-, hay algo más de equilibrio, pero en educación infantil, por ejemplo, hay un 90% de mujeres y solo un 10% de chicos. En el ámbito de la sanidad, en algún módulo sí hay más igualdad, pero en otros las chicas son el 80%. Y en actividades físicodeportivas son todo chicos prácticamente”, desgrana el director del centro, Ibon Intxausti. Es por ello que este panorama tan fragmentado invitaba a extender medidas de carácter igualitario y, según los responsables del CIFP, la mejor manera de hacerlo era a través de un plan estratégico. “Lo preparamos con Mugarik Gabe, una ONG que trabaja muchísimo la igualdad. Su técnica nos dijo que había que realizar primero un diagnóstico y este análisis dio como resultado que la mayoría que teníamos eran puntos débiles. Deparó, además, un dato muy claro: los ciclos están absolutamente segregados. Es una circunstancia que se da hasta con la separación física de los tres edificios que tenemos”, resume Bego Medina, la responsable de igualdad del instituto. También sucede que cuando en un ciclo hay una sola alumna, esta no tiene sitio donde poder cambiarse y que el personal docente y no docente también está fragmentado. “El profesor en ciclos de mayoría de alumnos chicos, es hombre. Y en los mayoritariamente femeninos es mujer”, indica Medina.
Hasta 2020 Para tratar de avanzar hacia un centro educativo más equitativo, el plan de igualdad recoge una serie de medidas a llevar a cabo en los próximos cursos. “Lo importante de este proyecto es que hay siete líneas estratégicas y que dentro de cada una, tenemos acciones concretas para realizar en cada año hasta 2020”, precisa la portavoz de la comisión de Igualdad. Así, se activará un seguimiento de las personas en minoría, se intentará que en las jornadas de puertas abiertas se vea también a chicas en los ciclos de mayoría de hombres y viceversa.
También se revisará el patio y la cancha de deporte para un uso igualitario y se fomentará la presencia y participación igualitaria de mujeres y hombres en el conjunto de cargos y responsabilidades, fijando al menos un 30% de profesionales femeninas. Asimismo, este mismo curso ya se han duplicado los grados que reciben formación afectivo-sexual, priorizando aquellos más tradicionalmente masculinos, y se han incluido pautas sobre el lenguaje no sexista en el protocolo de comunicación del CIFP. Y, ¿qué tal se encuentra una estudiante de mecánica entre chicos o un alumno de educación infantil entre féminas? “En carrocería, no hemos tenido mayores problemas. Eso sí, las chicas que suelen venir tienen la cabeza bien amueblada y tienen muy claro lo que quieren hacer y lo quieren hacer por encima de todo y los comentarios no les suelen afectar demasiado. Sí se han producido algunos tristes casos; los chavales están en una edad muy mala con las hormonas muy revolucionadas y sueltan comentarios de taberna, como se suele decir. Son comentarios hirientes que tienen más gravedad aún en un centro educativo, donde no deberían existir y hay que corregirlos”, desvela de la Cruz. “El año pasado, una chica tuvo problemas. Sobre todo porque había un chaval que era un poco gallito y hacía que el ambiente se contagiara. La alumna fue al equipo directivo y los miembros de la comisión de Igualdad tratamos el tema. Ella se sentía agredida y violentada. Y un alumno que está solo entre chicas al que le he preguntado qué tal está dice que muy bien y que se siente valorado y respetado”, señala Medina.
Los gustos, la fuerza física, las tendencias históricas... Son algunas de las cuestiones a las que se ha recurrido para explicar por qué unas profesiones tienden a ser masculinas y otras, femeninas. De la Cruz opina que los alumnos llegan a Fadura “ya separados por la sociedad”, indica. “¿Hay pocas chicas a las que le gusten los coches? Pues a mi cuñada le encantan, a mi mujer también... Pero a la hora de apuntarse a ciclos, a las chicas, por lo general, no se les ocurre hacer estos módulos porque quizás no se ven situadas en la sociedad en ese papel”, reflexiona el docente, ante lo que interviene Medina: “La sociedad nos va dirigiendo hasta que tienes que elegir una profesión y haces algo que es de chicos o de chicas. Esa podría ser una explicación para la segregación que existe en el centro; nos obligan a cumplir nuestro rol, nuestra función”.
Más en Bizkaia
-
Cinco espectáculos de circo gratuitos este fin de semana en Bilbao
-
Un pianista con más de cinco millones de seguidores actuará en Bilbao este verano
-
La plantilla de Bridgestone convoca otros tres días de huelga
-
Un detenido en Bizkaia por intercambiar y almacenar imágenes de explotación sexual infantil