Getxo - La barra de pintxos de Getxo es copiosa y vistosa a lo largo de todo el año, pero en las últimas temporadas, cuando noviembre enfría ya el calendario, la oferta de estos pequeños manjares es aún más extensa y atractiva. Es lo que ocurre cuando el concurso Getxonegin abre boca durante dos fines de semana. Ayer y el sábado se sirvió el primer menú de esta iniciativa que busca “impulsar la imagen gastronómica de Getxo y el uso del euskera como valor de calidad añadido en la oferta hostelera”, tal y como explica el concejal de Euskera, Koldo Iturbe.
Y el frío y la lluvia no dejaron en casa a los vecinos. “Los domingos son siempre de pintxo en Algorta”, comentaban en el Nikkou, uno de los 58 establecimientos participantes en este certamen que permite a los clientes comer suculentos pintxos por un euro. El próximo fin de semana habrá una nueva oportunidad -el sábado y domingo, por las mañanas y los mediodías-. Y luego, llegará el postre: las cinco recetas que obtengan mejor puntuación serán las finalistas y el día 15, sus cocineros deberán de elaborarlas de nuevo en la escuela de hostelería de Fadura, donde un chef de prestigio decidirá la ganadora. Habrá también tres menciones especiales: al mejor uso del euskera, a la mejor barra y al mejor pintxo tradicional (esta vez se premiará la mejor tortilla de patata).
Esta es la séptima edición de este apetitoso concurso, que cada año ha ido aportando un toque distinto para renovarse. Por ejemplo, en esta ocasión, además de la parte en la que entra en juego la escuela de hostería de Fadura, los pintxos tienen un ingrediente secreto y que, por lo tanto, no aparece en el listado que acompaña a la bandeja de pintxos en cada barra, donde se desgrana con qué están preparados. “Aquellos clientes que lo adivinen entrarán en un sorteo de premios, al igual que las personas que escriban un pequeño texto sobre el mismo”, incide Iturbe. Ambas modalidades de participación se hacen a través de un WhatsApp al número 684 265 831.
“Es una iniciativa que funciona, la gente pide bastante los pintxos y hay muchas personas que se recorren varios bares para ir probándolos”, sostienen los camareros del Ollarreta. “Es un concurso que al local le sirve para promocionarse y para conseguir nuevos clientes. A nosotros nos gustan mucho las ideas que favorezcan la gastronomía y promover ambiente en la zona”, señalan los responsables del Nikkou, que consideran, asimismo, que para los consumidores el precio de un euro por unos pintxos que están “muy elaborados” es “supereconómico”.
Ambiente euskaldun Pero este concurso, además de intentar echar un cable al sector hostelero, trata de extender el uso del euskera en los bares y restaurantes. De ahí, que el nombre del plato y los letreros con los ingredientes estén escritos en lengua vasca y que la filosofía del certamen sea que los pintxos se pidan en euskera. Aparte, durante los dos fines de semana, varios grupos del municipio ayudan a mantener el ambiente euskaldun con recorridos por las calles, entre ellos, Itxas Argia Kantari Kanta, Itxarkantu, Itzubaltzeta Kantuz y la Martxing Band, de la asociación Musikalia.