Pintxos de autor con billete de avión en Bilbao
La feria San Miguel Bilbokatessen celebra su tercera edición en Azkuna Zentroa durante este fin de semana
El concepto es sencillo: doce establecimientos instalados por reconocidos restaurantes bilbainos exhiben una propuesta culinaria que se degusta con cerveza. El intríngulis llega después, cuando el comensal elige condimento. Se dirige con su pintxo al puesto del centro, donde se le da opción a viajar donde quiera a través de los evocadores sabores de especias como la cúrcuma, el cilantro o la salsa kimchi. Depende de la elección, el rulo de pollo o la tosta de bacalao -dos de las sugerencias- tendrán tintes hindúes o peruanos, cerrar los ojos es suficiente para dejarse llevar. Los que prefieran soñar despiertos también tendrán oportunidad de ello en la tercera edición de la feria San Miguel Bilbokatessen en Azkuna Zentroa.
Sugerentes propuestas como Aspic de tomate, queso y sardina ahumada del Holabar o el Gofre de txangurro con albahaca y ketchup amarillo del Gure Toki son algunas de las doce tapas que aspiran a convertirse en ganadores en el concurso que tendrá lugar mañana, último día de la feria, después de que los cocineros de renombre hayan presentado sus pintxos de autor. La idea es que el ganador pueda competir en el certamen Madrid Fusión & Gastrofestival, junto a rivales de Vigo, Granada, Barcelona o Málaga. Pero el objetivo principal de la feria bilbaina es otro. “Se trata de dar a conocer la artesanía a través de la gastronomía”, explicaba ayer Juan Pozuelo, asesor gastronómico que ha coordinado la elección de pintxos. “No tendría sentido que todas fueran de bacalao”, afirmaba.
Lo primero que uno debe hacer para disfrutar de las propuestas es cambiar el dinero por fichas en la entrada, por una cuestión de “agilidad”. Cada pintxo tiene un precio de 2,5 euros mientras que la cerveza cuesta 1 euro. El consumidor recibe un catálogo de muestras en el que se le especifican un plano de los puestos, con sus tapas -nombre, ingredientes y sugerencia de condimento-, así como la variedad de cervezas de la gama San Miguel a elegir. “Se trata de que sea una experiencia”, exponía Pozuelo.
Experiencia En ese sentido, la iniciativa también integra diferentes master class o presentaciones de pintxos. Ayer fue el turno de Iván Fernández, del restaurante La Roca, quien subió al escenario para dar a conocer su Brandada de bacalao con crujiente de pistacho. “El nivel de las tapas es muy alto, tenía que hacer algo que estuviera a la altura”, confesó con el micrófono en mano. A su lado, el maestro cervecero José Manuel González mostró la importancia de tirar bien una cerveza, con una técnica en la que está adiestrados todos los camareros del recinto. “Cuando una nube cubre la cerveza es como mejor se mantiene”, concretó.
No faltaron en la lista de asistencia Teresa y Mónica, dos jóvenes italianas de Erasmus que ya son adeptas a la cocina en miniatura. “Me gustan más los pintxos de Bilbao que los de Donostia”, reconocía una de ellas, sabiendo que decir lo contrario en territorio botxero puede ser peligroso. A poca distancia, las bilbainas María Jesús y Carolina aprovecharon la hora del aperitivo para paladear la tapa de La Roca. “Hemos acudido en más de una ocasión al restaurante y queríamos probar su pintxo. A lo largo del fin de semana volveremos”, respondieron. En cuanto a los aspectos negativos de la feria, porque hay para todos los gustos, Luis y Daniel criticaron la “escasez” de los platos, en relación al precio. “Es que somos unos tragaldabas”, confesaron.