Bilbao - Un año más, la estampa veraniega típica de la comisaría de la Policía Nacional en Indautxu -emulada a menor escala en otras oficinas- ha vuelto a reproducirse. Una procesión de personas sin cita previa guardando cola en el exterior de las dependencias a la espera de ser atendidos y renovar su documentación caducada por la vía de urgencia: la mayoría porque lo necesitan para irse de vacaciones; pero también los hay que lo necesitan tener a la voz de ya para cumplimentar la matrícula estudiantil, para que el banco lo digitalice y no les bloquee la cuenta corriente...

El rosario de razones que esgrimen todos y cada uno de los ciudadanos que estoicamente soportan de pie las horas hasta que les llegue su turno debe estar debidamente justificado con el papeleo correspondiente: billete de avión, carta de aviso de la entidad bancaria, etc. Y eso, siempre y cuando tengan suerte y puedan ser atendidos por alguno de los pocos funcionarios que durante esta época tramitan este documento obligatorio a partir de los 14 años para cuya obtención y renovación se debe abonar 10,60 euros.

“Si durante el año ya hay problemas, en verano más por el tema de las vacaciones”, reconocía Fernando García, del sindicato Comisiones Obreras sección Función Pública. No en vano, el plazo para encontrar un hueco en la solicitud de cita previa se dispara hasta casi los 70 días en las oficinas de Basauri y Getxo, por ejemplo, en las que no hay nada disponible hasta la primera semana de octubre. Este panorama general no es exclusivo de Bizkaia ya que en el resto de territorios históricos se vive una situación parecida, con decenas y decenas de personas aguardando en el exterior de las comisarías, y sin plazas libres para poder cerrar una cita previa (https://www.citapreviadnie.es o en el teléfono 060) hasta ya entrado el otoño.

“Lo cierto es que está siendo un poco escandaloso; y la mala imagen que damos como servicio público...”, describía el representante de CC.OO. al tiempo que vinculaba esas cadenas humanas que se extienden por el Estado español con la “falta de previsión y organización” por parte del Ministerio del Interior y de la Dirección General de Policía, en sobreaviso desde diciembre ante la posibilidad real de que este hecho pudiera producirse y que en mayo empezó a mostrar los primeros síntomas de saturación, como en Gasteiz.

Y es que, tal y como manifiestan los funcionarios públicos -personal no policial- que trabajan en la tramitación de este y otro tipo de salvoconductos, “el DNI es un documento cíclico” que hay que renovar cada cierto tiempo. En este caso, este año coinciden dos turnos: el de 2006, cuando fueron emitidos los primeros carnés electrónicos y cuya actualización debe hacerse este ejercicio; y el de 2011 (el año que mayor número de DNIs se han emitido) y que las personas mayores deben renovar al haber transcurrido ya cinco años.

Colapso “Ponen la excusa (el Ministerio) de la falta de previsión de los ciudadanos, que siempre dejan para última hora todo”, decía García en declaraciones a Radio Euskadi. Para él, sin embargo, las razones de este colapso en las oficinas para tramitar la obtención y renovación del DNI (tanto por la vía de urgencia como de cita previa) habría que buscarla en la “destrucción de empleo público” que ha ocasionado que “uno de cada cinco puestos estén vacantes”.

Una falta de personal -cuantificada en unos seiscientos trabajadores- a la que se sumaría la precariedad de los equipos informáticos. En palabras del delegado sindical de la sección de Función Pública de CC.OO., los ordenadores tienen más de ocho años y el software con el que trabajan más de quince. Dos elementos que condicionan el desarrollo de la labor diaria del cuerpo de funcionarios no policiales dependientes del Ministerio del Interior y de la Dirección General de Policía.

De hecho, tal y como denunciaba García, la asignación de agentes de forma transitoria para ocupar esas vacantes y tratar de agilizar la situación no es la solución. “Somos el único servicio público que estamos de nueve de la mañana a nueva de la noche y aún así no podemos absorber la demanda. Es un poco escandaloso”, insistía el sindicalista.

A su entender, una de las maneras que contribuiría a reducir esa situación pasaría porque la Administración enviara a la ciudadanía una carta o un aviso en otro tipo de soporte -SMS o e-mail- alertando sobre la proximidad temporal de la fecha de caducidad de ese y otros documentos como ya se hace, por ejemplo, con la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). En cualquier caso, García recordaba que tener el DNI caducado no es motivo de sanción aunque eso sí, inhabilita a la persona para poder efectuar numerosos trámites administrativos.

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BilbaoHasta el 8 de septiembre

Barakaldo Hasta el 9 de septiembre

BasauriHasta el 6 de octubre

Getxo Hasta el 4 de octubre

Portugalete Hasta el 23 de septiembre