Unidad Canina de la Ertzaintza: la seguridad empieza como un juego
La Unidad Canina de la Ertzaintza muestra sus potencialidades en público
abanto-zierbena - Pastores alemanes, pastores belgas Malinois, labradores retriever e incluso un pequeño pero veterano springer spaniel llamado Charly son las razas con las que cuenta actualmente la Unidad Canina de la Ertzaintza a la que están adscritos 37 agentes y 40 canes adiestrados para atender diferentes especialidades relacionadas con las actuaciones policiales, la seguridad ciudadana y especialmente de búsqueda y localización. Una selecta representación de esta unidad acudió recientemente al campo de rugby de Sanfuentes (Abanto-Zierbena) para mostrar a los ciudadanos de Meatzaldea sus habilidades en la búsqueda y localización de drogas, dinero o explosivos, la búsqueda y rescate de personas y su apoyo a los guías policiales en labores de seguridad.
“La raza propiamente policial que trabajamos es el pastor alemán, un perro más fácil que otros para poder enseñar. Además es una raza que vale para todos los ejercicios y es fácil de manejar. Es el perro policial por excelencia aunque luego hay secciones en las que tenemos otros perros porque hemos visto que algunas razas son superiores en algunos aspectos como el olfato o la resistencia”, explicaba Manu Porras, uno de los mandos de la Unidad canina cuya base se sitúa en Bernedo (Araba). Es el caso del belga malinois, un portento de agilidad, olfato y resistencia que la Ertzaintza utiliza en labores de localización y rescate de personas en todo tipo de escenarios, desde estructuras colapsadas a campo abierto, y que al igual que el resto de sus compañeros forma un binomio con su guía con el que convive a diario. “En el caso de búsqueda en estructuras colapsadas el perro camina junto a ti por el peligro que existe mientras que en el monte, por ejemplo, lo que interesa es el mayor terreno posible” señala Josu Iturregi quien destaca que cada semana si semana no, perro y guía entrenan ocho horas diarias. “Es una labor de adiestramiento pero para nosotros también un entrenamiento”.
Selección Un trabajo duro que en el caso de los canes se prolonga unos 8 o 9 años tras lo cual son relevados. “Los cogemos con un año o año y medio. Nosotros no criamos, vamos a por perros que están hechos. Lo más importante es la selección”, señala Porras quien refiere que ahora mismo hay tres canes conviviendo con otros tres veteranos que aunque están operativos, están al borde de la jubilación después de una vida al servicio de la sociedad que ellos se toman como un juego. “Para los perros todo es juego. Los perros tienen varios instintos. En el caso de las búsquedas y en las defensas donde no hay agresividad y todo es juego, está el instinto de caza y de presa. Hay que saber lo que piensa porque el perro tiene unas posibilidades inmensas pero siempre busca la vuelta, para hacer lo más fácil”. Quien lo tiene difícil es el delincuente que no se pare cuando le siga un pastor alemán. Ahí no se juega.