Carlos, el atlas de Galdames
Carlos Glaría enseñará historia y patrimonio en las visitas que mostrarán las bellezas del municipio Filólogo e investigador, recopila en varios libros cultura, toponimia y tradiciones de la zona
Galdames - No lo puede evitar. Carlos Glaría tarda unos segundos en detallar el valor artístico del monumento en honor a José María Martínez de las Rivas que preside la plaza San Pedro de Galdames y la biografía del naviero “uno de los artífices de la industrialización de la ría”, que inspiró la estatua. Es un apasionado de la localidad, conocedor de casi todos sus secretos y el encargado de compartirlos con las personas que se inscriban en el programa de visitas que se desarrollarán los domingos de mayo. Licenciado en Filología Vasca e investigador, también supervisó los recorridos guiados en las dos últimas ediciones de las jornadas europeas del patrimonio, centradas en el mineral de hierro.
Aunque nació en Abanto, le unen a Galdames no solo vínculos afectivos. Al fin y al cabo, se trata de municipios vecinos con muchos puntos en común en su historia. “Mi propia familia trabajó en la mina”, apunta mirando a uno de los relieves de la estatua de Martínez de las Rivas que ilustra el poderío minero. Desde crío Carlos Glaría se preguntaba “por el origen de todo, hasta de mi nombre”. Ya indicaba su futura afición por la toponimia y la etnografía, en la que empezó a profundizar cuando tenía veinte años. “Realicé entrevistas para el atlas etnográfico de Euskadi y he escrito varios libros sobre historia, cultura y folclore de la zona, centrándome siempre en la parte más popular de nuestro pasado”, cuenta. Lo hace “por vocación, porque me encanta tratar con la gente”. Observar sus reacciones a medida que va describiendo episodios de la historia es la mejor recompensa a su trabajo. “Estoy enamorado de Enkarterri, considerando como tal las Encartaciones históricas”, puntualiza, “y aquí poseemos un patrimonio que sigue siendo desconocido”. Él lo ha rastreado a través de los siglos “fijándome en las palabras con el fin de identificar lo que hay detrás”. Por ejemplo, cómo el actual topónimo Urallaga, “donde se encuentra la ermita de La Magdalena, excavada en una cueva de Galdames antes se llamó Iraolaga, que significa helechal”. Por supuesto, Galdames “en su conjunto” recalca, formaría parte del eje que propone para una primera toma de contacto con el entorno: “Santurtzi, que representa el mar, los montes de Triano y el río Barbadun con sus ferrerías y Karrantza, que siempre me ha parecido impresionante”.
Cualquier excursión le sirve para refrescar y ampliar conocimientos de cara a próximas visitas guiadas para ofrecer a los asistentes todo lo que necesitan saber. “Elaboro un esquema mental y si me hacen falta más datos acudo a la documentación”, desvela. Y con eso no se refiere “a una sucesión de fechas, sino a etapas o épocas que ayudan a contextualizar; si me preguntan algo que no sé, no lo sé, lo apunto para contrastar después”. En otras ocasiones las preguntas buscan más “intercambiar información” que también agradece, puesto que “a veces me cuentan cosas que es interesante aprender”.
Cabe suponer que un aficionado a la historia acostumbrado a ejercer de guía eleva el listón de la exigencia cuando es él quien se encuentra entre el público. “Me gusta que haya un guía para enterarme mejor de las cosas, aunque no suelo viajar muy lejos”, confiesa.
¡Con los tesoros que hay a la vuelta de la esquina! Sin salir de Galdames, Carlos Glaría conducirá a quienes se apunten al programa de visitas por la localidad los restos de la minería, edificios de trazo medieval como caseríos y casas torre o tradiciones y leyendas tomando como referencia los escritos de Antonio de Trueba. “Aquí se conservan muchos de los vestigios más antiguos de diferentes épocas, empezando desde la Prehistoria. Linajes históricos de Bizkaia tienen su origen en Galdames”, resume. Carlos Glaría espera los días 8, 15, 22 y 29 a quienes quieran saber más.