Zalla- Irlanda, Italia, Eibar, Ermua y Zalla se fusionan en una sola voz. Es la de Euskelga, que afina en su última prueba de sonido antes de debutar en el escenario del Zine Antzokia de la localidad encartada. Johnhy Kinnaird, zallarra de adopción lleva la voz cantante en este grupo que celebra San Patricio con la bandera irlandesa sobre el escenario mientras prepara su primer disco.
Cómo no, vestido de verde, Johny cuenta que conoció en un viaje a su pareja, natural de Bilbao. Hace cinco años que se mudaron a Zalla por la mayor facilidad de acceder a una vivienda. A pesar de que “yo diría que en mi tierra de origen somos más abiertos y al principio cuesta entrar en una cuadrilla de las vuestras, porque te conocen y, luego, te subes a la barca,” se ha acoplado perfectamente al ritmo local. “A la gente le encanta pasar tiempo en la calle y a mí también”, coincide. Sirva de prueba que conoce al dedillo el calendario festivo del municipio en verano. “Aranguren en junio; Otxaran y San Pantaleón, en julio. ¡Es genial!”, recita de carrerilla como para planificar una mini gira de Euskelga. Hace dos años abrió la academia de inglés Celtic School. El peso de la comunidad británica en el municipio resulta significativo en relación a sus habitantes. “Vivimos aquí varios irlandeses, un escocés y dos ingleses”, detalla Johny. ¿Qué tendrá Zalla? ¿Se parecen Euskadi y las islas? “Puede ser”, piensa.
“¡El amore!....”, suspira Walter Tuzzeo, le condujo de Italia a Eibar hace ya seis años, siguiendo a una chica que conoció en Nueva York. Técnico de sonido, conoció al eibartarra Iñaki Ortega en los ambientes musicales. Hasta que en un festival en Laudio se reunieron con Luis Arias, de Ermua, Marta Zubiaurre, de Eibar, y Johny Kinnaird. Prácticamente todos procedían de otras bandas, entre ellas, Seafoid, que también recaló en el Zine Antzokia de Zalla. Ya habían cerrado el círculo.
Los cinco juntos conforman desde hace dos años Euskelga, la banda cuyo nombre rinde homenaje a sus raíces celtas y euskaldunes que se observan en el logotipo de color blanco, verde y naranja. “Lo ideamos durante un viaje para actuar en Extremadura. Nos pareció la mejor combinación de todas las que se nos ocurrieron”, ríe Johnny. Y es que las influencias gallegas y asturianas por lazos familiares de algunos de ellos también se dejan notar con otros ritmos más modernos. “Somos una mezcla interesante”, aseguran. Flauta irlandesa, gaita gallega, whistles, ullean pipe, bodhram y guitarra se alternan en las canciones con las que deleitan a su público. También componen sus propios temas con la intención de “aumentar el peso de los sonidos tradicionales vascos”, explican.
“Pasarlo Bien”
Compaginan las actuaciones en directo con la grabación, en un estudio eibarrés, del que será el primer disco de Euskelga. Todavía desconocen cuándo podrá salir a la venta. “Cuando el proyecto va adquiriendo cierto nivel es complicado sacar tiempo, porque tenemos nuestros trabajos aparte del grupo”, admite Marta, que toca el violín y transporta con su voz dulce a los acantilados de Irlanda o a las tierras altas escocesas. Por el camino no han perdido “esas ganas de pasarlo bien” y que les han impulsado desde que, cada uno por su cuenta, se adentraron en el mundo de la música. Ritmos que contagian a los espectadores, lo mismo en los bares Darbuka y Oreka -que los descubrieron en Zalla-, que en auditorios más grandes, como el Zine Antzokia o el Klaret de Balmaseda.