Ortuella - Fernando y Daniel Alea son padre e hijo y los dos llevan el gen de la luz en sus venas artísticas. El padre con sus cuadros -vaya ojo con los colores del paisaje doméstico de su admirado Monet- y el otro, el hijo, -con la mira puesta en retratar la realidad misma, sin Photoshop, sin artificios-, se han convertido en viajeros empedernidos en busca de las musas que conecten con sus pinceles o sus máquinas fotográficas.
Muskiz, donde pasó su infancia Fernando Alea, pronto se quedó falta de luz parta su retina, lo que llevó por escenarios cada vez más luminosos como Vitoria-Gasteiz, Medina de Pomar, Madrid, París o Marbella donde montó su primera escuela de pintura y donde aún hoy es un personaje reconocido y admirado. “Gracias a un viaje cultural con alumnos de la escuela de pintura tuve la oportunidad de conocer la zona donde vivió este artista y la luz y los colores de paisajes me cautivaron”, reconoce este autor cuyos dos hijos también cultivan el arte, uno con la fotografía y el fotoperiodismo y el otro con la música.
Precisamente con su hijo fotógrafo, Daniel Alea, comparece en la sala de exposiciones de la OKE para mostrar un total de quince obras en las que destacan los paisajes naturales -con su amplia gama cromática bañada por la luz- que hechizaron a Monet. “Para mí lo más importante siempre ha sido la luz. En todo, en mi vida, en los cuatros, la forma de ser. Cuando pinto un cuadro intento buscarla y no sé si lo consigo o no pero el caso es que yo disfruto buscando la luz que ha dominado toda mi vida”, resume Fernando.
“La creatividad está en la sangre de ambos”, destacaba el concejal de Eventos de Ortuella, Gonzalo Rodríguez, quien alabó la gran calidad de las obras que se mostraran en la OKE ortuellarra hasta el próximo día 11 de marzo. “Sé lo que es la pintura y su mundo, porque toda mi vida ha estado impregnada de ella y ha sido el vehículo para comunicarme con mi entorno y con las gentes que he ido conociendo y queriendo a lo largo de la ya bastante larga vida”, destaca el pintor que reside en el burgalés pueblo de Medina de Pomar mientras que su hijo Daniel está afincado en Madrid desde donde parte en busca de su inspiración.
Contraste Así, el pasado año, el joven fotógrafo acompañado por su pareja, María Calvo, especialista en la grabación de sonidos, realizó un viaje a África, en el marco de un proyecto titulado Unusual Journey, en el que recogieron cientos de instantáneas y vivencias que ponen de relieve los grandes contrates del continente africano. “Lo que podréis ver en esta exposición es una recopilación de las imágenes más impactantes de nuestro primer Unusual Journey a Dakar”, explicaba Daniel, quien califica sus instantáneas, expuestas en fotografías individuales y en collages, como un diario de viaje donde se muestra la vida en Dakar.
“Yo sobre todo intento mostrar un diario de imágenes de lo que hemos vivido a diario con la gente que conocimos y con la que coincidimos. Es un poco locura ya que Dakar es una capital del tercer mundo que tiene grandes contrates. Así, te encuentras en un barrio rodeado de mugre y chabolismo y de repente aparecen grandes carteles de publicidad que no sabes muy bien a quién venden”, señala Daniel. La exposición podrá visitarse desde este miércoles y hasta el próximo 11 de marzo en el horario habitual: de lunes a viernes de 10.30 a 13.30 y de 16.00 a 21.00 horas.