oH amor pendenciero, oh odio amoroso, oh todo creado de la nada, pesada ligereza, seria vanidad, deforme caos de bellas formas”, recitaba Leonardo DiCaprio metido de lleno en el papel de un Romeo profundamente enamorado de Julieta en una de las versiones fílmicas de la obra de William Shakespeare. Sin embargo, ¿realmente existe el amor verdadero? Los que crean haberlo encontrado dirán que sí, sin dudarlo. No obstante, habrá otros, que consideren que las relaciones son muy complicadas, que es inevitable el dolor y el sufrimiento y que el amor, al final, se acaba agotando.

Hoy, Día de San Valentín, la palabra amor parece encaminada hacia las relaciones de pareja. Sin embargo, existen muchos tipos de amor, quizás más fuertes, sólidos y duraderos que ningún otro. Aquellos en los que la palabra AMOR se escribe así, con mayúsculas, como en el caso del amor paternal, maternal o fraternal, por ejemplo.

Asimismo, la concepción del amor y el enamoramiento también ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Las flechas de Cupido ya no vuelan por los aires del romanticismo. Los métodos de ligoteo han cambiado al compás de las nuevas tecnologías. Internet tiene buena culpa de ello. Sin embargo, todavía quedan algunos pocos románticos. Amantes de la escritura. Enamorados del papel. Soñadores de letras que huyen de conversaciones instantáneas sin contenido.

Como por ejemplo, los participantes del concurso de cartas de amor de Leioa y Barakaldo, dos tradicionales certámenes que este fin de semana han entregados sus galardones.

Por un lado, este pasado viernes se entregaron los premios de la decimoséptima edición del concurso de cartas de amor de Leioa, mientras que la vigesimoprimera edición del concurso de Barakaldo se celebró ayer. Ambos conforman dos tradicionales concursos que dan rienda suelta a la prosa sobre el amor.

En concreto, la carta o misiva constituye por sí misma un género y abundan obras literarias basadas en la comunicación entre personajes. Precisamente, la intención de ambos consistorios a través de sus respectivas áreas de cultura es “fomentar la comunicación de sentimientos y emociones y recuperar la riqueza del género epistolar”.

En el certamen leioztarra se repartieron ocho premios en cuatro categorías diferentes, en función de las categorías de los participantes.

En total, este año han participado 198 cartas, lo que ha supuesto un gran incremento respecto a la anterior edición, en la que tomaron parte 122 cartas. Asimismo, treinta de ellas han sido escritas en euskera. “Se han recibido cartas muy diferentes y de gran nivel. Quizás, el año pasado la temática de las cartas fue más dura, sobre enfermedades, pero en esta edición ha habido una gran variedad. Lo que buscamos son cartas que tengan un toque especial”, confirmaron los responsables del certamen, dependiente de la Kultur Etxea de Leioa.

Así las cosas, en la categoría de 0 a 18 años, con 31 cartas a concurso, -en 2014 fueron 13- se impuso la durangarra Irati Bereinkua Ramos, con una carta en euskera titulada Jare, sobre una mujer que le escribe a su marido preso en tiempos de la dictadura franquista.

En esta misma categoría, en segunda posición quedó la ortuellarra Arianne de la Cruz Momoitio, con su carta Para dar cuerda al corazón, una entrañable historia en la que entremezclaba la historia de una niña de 8 años con leucemia y sus deseos de despedirse por última vez de su mascota, Smith.

Por otro lado, en la categoría de 19 a 35 años, participaron 44 cartas este año frente a las 18 del anterior. En este apartado se impuso la bermeotarra María Barrena Chamorro con su carta Patxike, un entrañable escrito dirigido a su ama. “Recuerdo que me dabas veinte besitos en la palma de la mano para que me durasen todo el día”; “como aquellos nueve meses donde empezó todo”, rezaban algunas de las frases. En segundo lugar quedó la madrileña Rebeca Solaeche con su escrito Un telescopio, un piano y una manta de tricot. Una carta repleta de amor dirigida a un hijo en camino. “Con amor se despide tu ama que te ama”, concluía la misiva.

Sobre esta línea, en la categoría en la que se registró una mayor participación fue, con 70 cartas a concurso, el apartado correspondiente a la franja de edad de entre 36 y 55 años. En primer lugar se impuso la gasteiztarra Laura Garrido con su emotiva misiva El viejo que escribe una carta de amor, un texto dirigido “a las personas mayores que a pesar del tiempo se siguen queriendo”, explicó al mismo tiempo que se la dedicó a sus padres, que no pudieron contener las lágrimas ante semejantes y cálidas palabras de amor. Además, la misiva impresionó además de por su contenido por su espectacular presentación, sobre un papel que incluía fotografías. En segundo lugar quedó la leioztarra Julene Zenikazelaia con su carta Tundra, una misiva en la que intervienen tres personajes. “El marido lee una carta de amor que se le cae a su mujer de otro hombre”, desveló la autora.

Por último, la categoría, dirigida a participantes de 56 años en adelante, contó este año con 53 cartas, frente a las 36 del año anterior. En esta categoría se impuso la mungiarra Igone Urrutikoetxea, -ganó el segundo premio en 2013- con su carta Costumbre. En segundo lugar quedó el malagueño Enrique García Lucena, único hombre entre los premiados, con su texto Carta sin dirección.

BARAKALDO Por otra parte, en el certamen baracaldés dos mujeres santurtziarras han sido las ganadoras. Idoia Galán López, con su trabajo Las cosas que nunca te dije, e Irati Saratxaga García con Nire Salbatzaileari, se llevaron los 300 euros cada una con los que se recompensó ayer en el centro cívico de Gurutzeta a las mejores misivas. Sobre esta línea, los accésit, de 175 euros, en la categoría de castellano recayeron en Ernesto Tubía, con la obra Abrazar ortigas, y en el madrileño José Ignacio Señán con De las cuitas y pesares de una cansada dulcinea. Por su parte, en la categoría de euskera fueron para los baracaldeses Ainara Rojo, con el trabajo Urak eta olioak elkar ezagutzen, kuriositatea. Nahasteak, a zelako nahasketa..., y para Yannick Vergara con la carta Amaia. Igualmente, el premio al mejor autor local, dotado también con 175 euros, fue para Joseba Errota y su texto Amado Manuel. En total, se repartieron 1.475 euros en lo que ha sido la edición más exitosa del certamen con la participación de 297 cartas, 260 en castellano y 37 en euskera.

Sin duda, toda una garantía de que aún quedan románticos que huyen de los flechazos virtuales para expresar sus sentimientos.