Elorrio - Siempre ha defendido que Elorrio, por los rincones que tiene, se merecía una película. Dicho y hecho. Iratxe Mediavilla acaba de dirigir el largometraje Argi, que será estrenado en mayo en Iturri kultur etxea. A sus 30 años, la elorriarra se siente muy ufana del municipio que le vio crecer. De él valora el orgullo de sus vecinos, su poteo cargado de amistades que nunca terminan y “la sensación de estar en casa cada vez que sales a al calle”.

¿Por qué rodar una película aquí?

-Siempre había tenido en la cabeza esta idea porque Elorrio tiene una estética muy interesante para ello.

¿Cómo definiría Elorrio?

-Es un pueblo tranquilo, pero a la vez ofrece muchas posibilidades. Ubicado en un entorno privilegiado, cuenta con muy buenas comunicaciones. Otra cosa que me gustan es que sin moverme, me alimento de cultura.

Culturalmente hablando, ¿cómo valora Elorrio?

-Teniendo en cuenta los pocos habitantes que tiene, la programación cultural es muy interesante y mejora notoriamente la calidad de vida. Tenemos todos los fines de semana en el Arriola Antzokia espectáculos de calidad, mientras que Iturri kultur etxea ofrece muchas opciones. En el gaztetxe también hay bastantes conciertos y es de valorar.

¿Qué es lo que más le gusta de vivir en Elorrio?

-Que permite desconectar de la vida diaria por la tranquilidad y el ambiente de cercanía que se respira. En definitiva, la sensación de estar en casa cada vez que sales a la calle.

El orgullo de ser elorriarra se le nota por los cuatro costados.

-Los elorriarras somos muy orgullosos y nuestro pueblo es lo más del mundo. No sabes por qué, es algo similar a lo que ocurre con el Athletic, naces con ello.

-¿Qué rincón recomendaría para perderse?

Me gusta mucho Angio. He nacido muy cerca de allí. Es un camino ubicado en la subida a Elgeta que tiene puentes y un río precioso. De pequeña iba a bañarme, jugaba con la cuadrilla y andaba en bicicleta. Precisamente, elegimos este lugar para rodar buena parte de Argi. Otro sitio que me encanta es Argiñeta y la necrópolis desde donde se puede ver una vista privilegiada de Elorrio.

Rodeados por montañas, ¿con cuál se queda?

-Todos los días al salir de casa miro a Anboto. Cada día soy más consciente de lo privilegiados que somos de vivir rodeados de montes. Hasta hace poco lo veía como algo normal, pero cuando viajas te das cuenta de que no es nada habitual.

¿Con qué genero de película relacionaría a Elorrio?

-Drama con final feliz y cine musical porque hoy en día se sigue transmitiendo de generación en generación.

¿Un lugar obligado para grabar una escena?

-Además del puente de Angio y Argiñeta, un interior de casa. Elorrio cuenta con viviendas antiguas de piedra muy señoriales.

¿Una visita obligada para el turista?

-La plaza del Ayuntamiento y sobre todo, el poteo del casco.

¿Qué sería de Elorrio sin ese poteo?

-Para muchos el poteo es sagrado y se perdería muchísimo ambiente. Es bonito ver cómo cuadrillas de mayores quedan todavía para potear, manteniendo así su relación de décadas.

¿De qué se le tacha al elorriarra?

-De ligón (risas). En Elorrio siempre se ha dicho que hay chicos y chicas guapas, y es verdad.

Defina al elorriarra.

-Es muy cerrado, pero cuando se abre te da todo porque es muy generoso. También es tradicional y muy orgulloso de su pueblo.

¿Qué nos propondría para alegrarnos el paladar?

-Ir a la Sociedad Gastronómica y Cultural Buzkantz, de la que mi aita es socio, y comer un riquísimo revuelto de hongos de la zona.

¿Qué conserva el Elorrio de hoy del de ayer?

-Que los niños siguen jugando en la calle, celebran las tradiciones de toda la vida y se mantiene ese sentimiento familiar. Y es que Elorrio es un pueblo que lucha por mantener sus raíces. De hecho, sabe tradición que se adapta a los tiempos.

Directora de cine