Bilbao - Hay situaciones en las que los niños tienen que ser separados de sus padres biológicos: abandono, desprotección, abusos... Sin embargo, en muchos casos esos menores siguen teniendo el derecho a seguir viendo a su familia. Para esas situaciones se creó, hace ya casi diez años, un punto de encuentro familiar, único espacio en el que la Diputación facilita, bajo supervisión, la relación de los niños que están tutelados por la institución foral con sus familias de origen. El año pasado fueron más de 200 los menores que pudieron encontrarse con sus padres gracias a este espacio, que acaba de estrenar nuevas instalaciones, más grandes, en el barrio de Sarriko en Bilbao. “Con un mayor número de profesionales y salas de visitas, nos permite realizar más encuentros y que estos se realicen en un ambiente más confortable y acorde a las necesidades de los menores, con lo que se favorece su desarrollo psíquico, afectivo y emocional”, destaca la diputada de Acción Social, Isabel Sánchez-Robles.
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