Getxo - Jorge Olaso ha retratado un pueblo que ahora es invisible. Este getxotarra, con arte en el alma, ha coloreado edificios ya inertes, ha dado pinceladas de vida a un espacio que hoy es nada. “Querían investigar en la zona y Gurna ha desaparecido. Está vacío”, explica. Gurna, “un pueblecito muy gracioso en medio de tumbas”, está en la ribera occidental de Luxor, en el sur de Egipto. Y allí, en el país de las pirámides, en concreto, en el Museo Egipcio de El Cairo, este exprofesor de Historia del Arte ha expuesto -durante octubre y parte de este mes- su obra de 64 dibujos sobre este paisaje en el que no hay sombras y bajo el que se esconden casi un millar de tumbas de la época faraónica.

Con un taburete y sus múltiples colorines, mirando directamente al hotelito, al mercado, a las casas... “intentando que no me molestaran mucho”, fue configurando Jorge sus dibujos durante una década. “A veces, te desesperas porque no te salen las cosas como quieres...”, confiesa. Así, con mimo, paciencia y dedicación, este getxotarra elaboró “unas pinturas muy ingenuas y graciosas” que también hacen referencia a las escenas costumbristas, como la peregrinación a La Meca. La colección se ha ido ampliando hasta llegar a más de 60 piezas y ya ha pasado por el colegio de arquitectos de Bilbao, además de realizar otras dos paradas en Egipto. “Me entusiasma ese país”, proclama. “Desde 2002 voy con dos amigas todos los años”, comenta. Así que en su paleta mezcló dos pasiones que desembocaron en este trabajo sobre Gurna y que acaba de alcanzar la cima con su exposición en el Museo Egipcio de El Cairo. “¡Oh!”, exclama Jorge ante la pregunta de cómo consiguió mostrar su creación en estas paredes. “Fue complicadísimo”, admite. “En un hotelito coincidí de chiripa con un secretario de la embajada española y me dijo que fuera a la embajada de El Cairo y que hablara con el departamento de Cultura. Después de tres años en los que no salió nada, al final, me pusieron en contacto con el Instituto Cervantes de allí y para este año pudimos organizarlo”, desvela. Todo ello, con gestiones a través del correo electrónico con un país de perfiles diferentes y con situaciones convulsas: “Claro, que si el Ramadán, la fiesta del cordero, el cambio de gobierno...”, enumera. Pero tantos trámites y tantas hojas de calendario arrancadas merecieron la pena, porque el día de la inauguración “fue espectacular”. Y es que “acudieron el ministro de Antigüedades egipcio, el embajador de España, gente del Instituto Cervantes...”.

Adiós Gurna Los expertos piensan que en Gurna, debajo de las viviendas, aún hay cosas por descubrir, cuenta Jorge. Por ello, los arqueólogos empezarán a trabajar en el terreno. Además, la zona, con las tumbas ya descubiertas, es un museo al aire libre. Así que las viviendas, los negocios y todo lo demás fue derribado y la población, trasladada. “No se puede derruir como aquí, sino con taladradoras poco a poco porque si no, cae el edificio de golpe y toda la polvareda de la arena que levantaría no se podría soportar”, matiza el profesor jubilado. Los vecinos fueron reubicados en un área cercana, donde “ahora cuentan con agua corriente, por lo que les habrá compensado”.

Esta colección sobre Egipto complementa otras de este artista de vocación temprana que nació en Argentina, pero que lleva “toda la vida” en Getxo. Sobre el municipio y sus coquetas e impresionantes casas tiene otra serie, por ejemplo. Jorge hace dibujos, pinturas y grabados con las manos de un creador y los ojos de un testigo de la historia.