CERRADO provisionalmente por traslado. Una docena de tiendas de Zalla lucen un cartel en sus escaparates. Advierten a los clientes de la mudanza durante el fin de semana al caserón de Longar que ha abierto sus puertas para albergar la feria con la que la asociación local de comerciantes ha comenzado las rebajas. El colectivo puso en bandeja una promoción irrechazable. Dos por uno: la posibilidad de entrar por primera vez en el edificio y las atractivas ofertas que convencieron a los vecinos hasta el punto de que “cuando hemos llegado para abrir había una cola esperándonos”, señaló Raquel Larrañaga, de la tienda Alea.

Establecimientos de ropa, complementos y decoración exhibieron descuentos del 50% en las habitaciones hasta ayer vacías del inmueble destinado a ser hotel. Los comerciantes que han participado en el mercado se enamoraron al momento de la casa solariega de Longar, al igual que las personas que los recorrieron ayer -hoy también se podrá acceder al recinto entre las 11.00 y las 15.00 horas-. Escaleras arriba, se distribuyen en una estancia amplia con cristaleras que miran a la zona ajardinada, y adornada con cajas de madera que en esta ocasión le confieren “un cierto aire a urbano, a ciudades como Nueva York”, según describió la presidenta de la asociación de comerciantes, Nagore Landeta, y también en habitaciones más pequeñas. En el piso inferior se ubica el área destinada a bar y restaurante. Un marco inmejorable para mostrar las prendas que los comerciantes colocaron cuidadosamente el viernes por la noche. “Conocía el sitio sin arreglar, cuando vinimos a verlo alucinamos, nos pareció espectacular”, recordó Cristina Saénz, de la tienda de bisutería Chaquiras.

La asociación de comerciantes de Zalla supo desde el principio que estaban ante el emplazamiento perfecto para dar un aire de renovación al inicio de la temporada de verano. No temían que la lejanía del centro urbano pudiera retraer a los consumidores, ya que “jugábamos con el factor sorpresa: todo el mundo quería ver la casa”, valoró Raquel Larrañaga. Aun así, se puso en marcha un tren turístico gratuito con salida frente al Ayuntamiento de Zalla que volverá a circular hoy. Los trayectos de ida partirán a las 11.00, 12.00 y 13.00 horas, y los de vuelta, a las 11.30, 12.30 y 13.30 horas.

Talleres gastronómicos infantiles a cargo de Kide Enkarterri, así como una zona de inspiración chill out en el parque colindante completan las opciones para quienes se acerquen en la segunda jornada del mercado.

Si en algo coinciden organizadores y visitantes es en que “es una pena que este sitio permanezca cerrado”, según manifestaron Estíbaliz y Miriam, vecinas de Zalla. En 2009 el Consistorio presentó el proyecto de restaurar el inmueble de aspecto señorial al Fondo Estatal de Inversión Local -el Plan E del gobierno Zapatero- obteniendo 1.400.000 euros. Se trataba de adaptarlo para un futuro uso hostelero que daría cobertura a eventos como bodas, bautizos y comuniones, pero no llegó a concretarse. Durante la primera legislatura de Zalla Bai se habló de poner en marcha una escuela de hostelería y más tarde un comedor social. Opciones que no han fructificado por el momento.

La asociación de comerciantes de Zalla tiene intención de dar continuidad a la feria de establecimientos locales a la vista del éxito de esta primera edición, en la que ha colaborado también la Asociación de Turismo de Enkarterri, Enkartur. Para su director gerente, Koldo Santiago, “es una manera de poner en valor patrimonio e infraestructuras que tenemos en la comarca, por lo que esperamos que de este evento surjan más”.

Horkasitas como ejemplo El Museo de Boinas La Encartada de Balmaseda, convertido en pasarela de moda, y la reapertura del hotel Ibaia de Gordexola son algunos ejemplos. Pero la casa de Longar puede mirarse en otro espejo, el del palacio Horkasitas de Balmaseda. La crisis dejó a medias las obras de rehabilitación para acondicionar en un hotel y escuela de hostelería. Esto no quiere decir que la antigua aduana se haya desconectado de la dinámica de actividades en la villa, sino todo lo contrario. La primera edición de la mayor exposición de escultura vasca descubrió su fabuloso patio interior en el verano de 2014. En el último mercado medieval la Asociación de Comerciantes de Balmaseda, Balmadenda, organizó un mercado que vistió las estancias de la planta baja. Y hasta el mes de octubre las obras de artistas vascos y polacos visten de nuevo las estancias dentro de la muestra Artekalea.