Balmaseda, capital de la escultura con Arte Kalea
La exposición arte kalea reúne hasta octubre un centenar de obras de autores vascos y polacos
EL palacio Horkasitas vuelve a abrirse al arte contemporáneo. Después de la primera edición de la muestra Arte Kalea, que atrajo cerca de 5.000 visitantes, Balmaseda internacionaliza el catálogo de la muestra y el espacio expositivo para recibir una veintena de creaciones de artistas polacos de renombre, además de 17 autores vascos. “Hemos acondicionado también dos plantas superiores para diferenciar las zonas. Arriba están los trabajos llegados de Polonia y abajo, los de escultores vascos”, explica el concejal de Cultura, Kepa Intxaurbe. En total, podrán admirarse hasta el 18 de octubre cerca de cien obras.
La primera vez que Inés Ruiz, comisaría de la parte polaca de la muestra -residente en Varsovia desde hace diez años- vio el palacio Horkasitas, construido en el siglo XVII, fue a través de las fotografías que le envió Koldobika Jauregi, responsable del apartado vasco. Resultó “una sorpresa inspiradora, sugerente y difícil porque esperaba un espacio más cerrado”, confiesa.
Encontrarse con un edificio en obras desprovisto de toda decoración “nos ha permitido todo, pero tampoco he querido transformarlo en un museo, sino que hemos respetado su esencia jugando con las paredes y palés”. Así, en dos pisos se han distribuido alrededor de veinte esculturas representativas del panorama artístico polaco, con Krzystof Bednarski a la cabeza, “posiblemente el artista polaco más conocido a nivel internacional”. Suya es una escultura que esconde una curiosa historia. Cuando le encargaron una obra para una plaza presidida por una escultura de Lenin -de cinco metros de altura, y a la que le faltaba un brazo- decidió completarlo. El brazo de Balmaseda es una réplica de aquel, quienes acudan al palacio Horkasitas podrán ver cómo encajaría en el original gracias al banco colocado justo en el punto en que un efecto óptico provoca la ilusión de que efectivamente pertenece a la estatura reproducida en fotografía.
Presiden el patio de la que fuera aduana real de Balmaseda dos grandes esculturas de madera y ojos saltones. Representan a “Catalina de Erauso, la monja alférez, y la poetisa Ernestina Champourcin”, detalla su autor -Xabier de Santxotena- como parte de la serie dedicada a mujeres relevantes en la historia vasca.
La segunda exposición Arte Kalea también busca apoyar a talentos emergentes, como la balmasedana Paula Mónica Petanzos, que trabaja con vidrio y en junio retomará las visitas guiadas que ofrece por los edificios con las vidrieras más señaladas de Bilbao. “Es un material mágico, cargado de simbología, porque la luz puede atravesarlo”, describe.
Cada autor ha elegido el rincón en el que quería situar su trabajo “sin limitaciones”, remarca Koldobika Jauregi. El comisario de Arte Kalea invita a los vecinos y los turistas que se acerquen a la villa a entrar a un ambiente “más informal que un museo al uso”.
Más actividades que se desvelarán pronto completarán un proyecto que persigue acercar el arte”. Con ese objetivo, “Balmaseda ha puesto lo que hay que poner”, concluye Jauregi.