Decir Alirón no es solo identificar de manera inconfundible el grito de guerra que los seguidores del Athletic Club de Bilbao tienen presto en la garganta para apoyar a su centenario equipo si no que pone de relieve la íntima relación que el foot-ball tuvo con el desarrollo industrial de la minería en Bizkaia en la que participaron muchos británicos que acercaron este deporte a las orillas del Nervión en el siglo XIX.
Esta relación se pone visualmente de manifiesto estos días en el Palacio Olaso de Trapagaran donde ha abierto sus puertas la exposición All Iron!, “un brindis por nuestros antepasados, por Bizkaia, por Euskadi y por supuesto por Trapagaran por divulgar y poner en valor lo que ha significado y tiene que seguir significando el hierro para todos los vascos”, destaca el autor de la muestra, Emilio Cobos, hijo de un trabajador de las minas encartadas. Esta muestra, apoyada por el Ayuntamiento de Trapagaran y promovida por este periodista barakaldarra se podrá visitar hasta el próximo 26 de marzo.
A partir de la goethita, un mineral de hierro de color negro extraído en los montes de Triano, Cobos ha desarrollado con el apoyo de un grupo de artesanos locales una colección de obras inéditas relacionadas con los orígenes del fútbol en Bizkaia y en la historia minera. En All Iron se encuentran además referencias a los ingleses, al fútbol, al Athletic, a la reina del ¡Alirón!, a la Gabarra y a La Palanca que usaban los mineros, representada por una enorme fofucha rojiblanca.
También se pueden contemplar herramientas y reproducciones de antiguas acciones de compañías mineras de Bizkaia como las que explotaban la Mina Manuela. Además, se exhiben curiosas figuras artesanales de forja, madera, vidrio, cerámica, arcilla, plata, vinilo y goma ave, inspiradas en nuestras profundas y vitales raíces de hierro a través de la reproducción de diferentes oficios mineros y en el balón, así como un cuadro con el retrato del insigne trapagarandarra, Luis de Castresana.
Como vecino de Trapagaran, el escritor y periodista Luis de Castresana tiene reservado un rincón muy especial en el Palacio Olaso. El autor de El otro árbol de Guernica recibió en 1968, de las manos del mítico Gainza, la camiseta del Athletic con el número 12 en la espalda con el abrazo cariñoso de sus compañeros de equipo y de la Junta Directiva. “Desde su tumba de La Arboleda, cavada en los montes de hierro que le vieron nacer, este niño de la guerra sigue alentando con toda su alma a los leones”, reseña Cobos quien impartirá, en el propio Palacio Olaso, una charla el próximo 11 de marzo a las 19.00 horas en la que contará anécdotas del número 12 de La Arboleda e historias relacionadas con su novela Los Montes de Hierro.
“Para todos nosotros y nosotras, el hierro ha sido y tiene que seguir siendo tan valioso como el oro. La extracción de goethita (Kanpanil), oligisto (Vena), limonita (Rubio) y siderita (Carbonato) ha sido constante desde la época de los romanos.
Durante cientos de años las fraguas y herrerías se han surtido de estas piedras ferrosas para cubrir las necesidades locales y exteriores en aperos, armas y utensilios varios forjados en hierro. Pero a finales del siglo XIX, lo que hasta entonces había sido un próspero trabajo artesanal se transformó en una explotación industrial masiva en toda regla”, recuerda Cobos.
El hecho de que Bizkaia contara con el mayor yacimiento de hierro de Europa a cielo abierto y muy cerca del mar, propició en 1865 la explotación masiva en los montes de Triano. “Primero, miles de hombres y luego mujeres y niños y niñas procedentes de otros lugares se adentraron en las entrañas de nuestra tierra con la esperanza de encontrar un futuro mejor. La prosperidad de Bizkaia y Euskadi se la debemos a este batallón olvidado de mineros y mineras y a los empresarios autóctonos y extranjeros que arriesgaron su capital para encontrar el filón de la riqueza: All Iron! (Todo Hierro)”, resume Cobos.
Athletic
La combinación de todo ello hizo que el vistoso y divertido deporte que practicaban los ingleses en los muelles y campas próximas a la ría no tardase mucho en fraguar en la población local gracias a los bigotudos atletas vizcaínos del gimnasio Zamacois. “Varios de estos forzudos eran de familias acomodadas bilbainas y habían estudiado en colegios de Inglaterra y vivido en casas británicas para aprender el idioma y mejorar sus conocimientos comerciales”, apunta el investigador barakaldarra.
Al volver a la villa y viendo lo que ocurría en los muelles, campas y minas, sintieron la necesidad de agruparse para practicar también en Bilbao y Bizkaia el foot-ball. Y así fue como nació en el año 1898 el Athletic. Un inglés vino a Bilbao... hace más de un siglo a buscar en las entrañas de los montes vizcainos el filón de la riqueza y encontró All Iron!. Así nació el grito ¡Alirón! ¡Alirón! ¡el Athletic campeón” que se ha escuchado en San Mamés hasta hace no muchos años, defiende Cobos.