Una huella imborrable de su pasado, presente y su futuro. La rampa del puerto de Santurtzi contará con la imagen de uno de los remeros de La Sotera. Con los remos al hombro y la trainera por detrás, la imagen del artista santurtziarra Jon Mao Luengo se convertirá en un nuevo atractivo de la localidad marinera. “Es un merecido homenaje a los hombres y mujeres santurtziarras que se han dedicado al deporte del remo”, explicó ayer Ricardo Ituarte, alcalde de Santurtzi.

El artista, pincel en mano, está luchando contra las adversidades meteorológicas para tener lista esta obra el próximo mes de marzo. La iniciativa iniciada hace unas semanas responde a una demanda popular que llegó al Ayuntamiento de la mano de diferentes colectivos del municipio. “Tratando de responder a esta inquietud, el pasado año se mantuvieron algunos contactos con diversos artistas a los que se les planteó la posibilidad de llevar a cabo una escultura u obra similar que sirviera para efectuar dicho homenaje”, indicó el alcalde santurtziarra.

El espacio idóneo para este homenaje era el propio puerto pesquero, espacio en el que se ubica el Club de Remo y punto de embarque de las diferentes tripulaciones de traineras, bateles... Además, “el puerto es uno de los espacios más singulares de nuestra localidad y el más visitado por foráneos, lo que hace que soporte el peso de una gran actividad que impide hipotecar el suelo disponible con elementos permanentes”. Por eso, el Ayuntamiento ha optado por un mural descartando opciones como esculturas.

Duradera El dibujo complementará la actividad del centro de interpretación Santur-tzi Itsasoa, ya que el ventanal del museo está justo contiguo a esta gran obra de arte realizada en técnica Trencadis, azulejos rotos; un sistema que “asegura la mayor durabilidad de la obra por su resistencia a los agentes meteorológicos y a la corrosión del medio marino, ya que la obra propuesta se verá sumergida periódicamente en la mar y en general afectada por su influencia directa; y que permite integrar las irregularidades que presenta el muro fabricado en mampostería”, el propio Mao. La obra se integra en el entorno perfectamente. La combinación de motivos más realistas con otros elementos apoyados en la sugerencia, propician la visión de un entorno con el mar y el cielo subrayados por el remero. El importe de esta iniciativa asciende a los 20.000 euros.