ILUSIÓN, nervios, emoción, alegría y alguna que otra lágrima. La estación de autobuses de Bilbao, Termibus, fue el escenario en donde cientos de niños y niñas de Bilbao y alrededores emprendieron un viaje hacia las instalaciones de Briñas (La Rioja) y Sukarrieta (Bizkaia) para pasar seis días inolvidables con sus compañeros y junto a los monitores que velarán por su seguridad.
El ruido de los trolleys no cesó en toda la mañana y muchos niños, niñas, aitites, amamas, amatxus, aitas y amigos recorrían las calles de la estación en busca del autobús que llevaría a los pequeños a una experiencia inolvidable. En algunas ocasiones, las maletas abultaban más que los propios niños.
A las 9.30 horas partieron 214 niños de 7 a 13 años repartidos en cinco autobuses diferentes con destino Briñas. Ander Sánchez era uno de ellos. Tiene 8 años y es la primera vez que va de colonias de verano, por eso estaba muy contento y con ganas de ir. “Voy con dos amigos más; nos lo vamos a pasar bien”, afirmaba. Ander iba acompañado de su ama, quien afirmó que es una gran oportunidad para que los niños se relacionen. “Yo creo que si lo llevan bien es una buena iniciativa y más si van con amigos”, explicó Mari Paz.
Estas colonias, gestionadas por la Obra Social de BBK, pretenden que los niños se relacionen y realicen un programa de actividades que les enseñará a respetar el medio ambiente y otros ejercicios que fomentan la convivencia y el contacto con la naturaleza buenas para la educación de los niños.
Uxue Aranburu y su ama Arantza Olave estaban preparadas a las 8.45 horas en la estación. Esta no es la primera experiencia en un campamento para Uxue, ya que en ediciones anteriores acudió a Sukarrieta, donde conoció a muchos niños. “Tengo ganas de ir y quiero bañarme en la piscina”, afirmaba la niña de 10 años. Su ama admitió que esta era una gran idea porque “tienen que aprender a estar lejos de los padres, ellos solos”.
Uxue Zabala es otra de las niñas que ha decidido viajar al municipio riojano. Acompañada de su aitite Fernando esperaban ayer en la puerta del autobús -decorado con un inmenso escudo del Athletic-. Uxue ya ha ido más años de campamento y tiene muchas ganas de volver para estar con más niños. Su aitite la animaba: “Ya me gustaría viajar en un bus del Athletic”.
Estos seis días alejados de casa les harán desconectar de la rutina diaria y de los vicios a los que tienen acceso en su casa. “He prometido a aita que no voy a llevar la peonza y que voy a jugar con los demás niños”, contó Asier, un bilbaino de 9 años que, según su ama, “no deja la peonza ni para ir al baño”. Estos días están reservados para disfrutarlos en compañía de otros niños y realizar actividades que no podrían hacer en casa. Los niños realizarán excursiones, deportes acuáticos, mountain bike, talleres y actividades de animación. Además, en Briñas, se divertirán con las cuerdas elásticas y la tirolina.
OTRO DESTINO A las 10.00 horas llegó el turno de los niños que acudirán a Sukarrieta. Allí se encuentra uno de los centros de colonias más antiguo del Estado, que fue construido hace 89 años. En esta ocasión viajaron 277 escolares distribuidos en cuatro autobuses acompañados de 23 monitores. Oihane Díez es una de ellas, que compartirá seis días con los pequeños.
Maider Soto no estaba muy convencida de ir de colonias este verano, pero la presencia de su vecina Irati hizo que se animase por completo. “Preferimos ir juntas porque así nos lo pasamos mejor”, apuntó la niña de 9 años. Acompañadas de sus amas, esperan “tomar el sol y bucear”, actividades que realizarán sin ningún problema. El entusiasmo y la alegría se respiraba en el ambiente y se veía en las caras de los cientos de niños esperando para montarse en los autobuses y vivir una experiencia única, aunque siempre hay excepciones.
Los que peor lo llevan son los niños primerizos; algunos no querían soltarse del brazo de ama para subir al autobús. Era el caso de Olaia, que despidió a su hijo Oier con alguna lágrima. El pequeño, de tan solo 7 años, ya montado en el autobús le miraba a través del cristal. “Es la primera vez que va a dormir fuera de casa, pero sé que se lo pasará genial”. En el lado opuesto estaba Nerea López, una niña muy activa que no paraba quieta. Su aita Ander explicaba que la niña estaba muy emocionada y muy contenta con su viaje. “Ha estado hablando toda la semana de las colonias”, apuntó.
Sukarrieta es uno de los destinos favoritos de los niños y también de los padres, ya que se encuentra en plena Reserva de la Biosfera, y el lugar ofrece un abanico de posibilidades recreativas, por su ubicación junto al mar y por su equipamiento y eso se nota porque los niños repiten destino. “Aimar ya ha ido dos veces más, pero nos dijo que le gustó el sitio y este es su tercer año”, apuntó Montse, ama de uno de los niños que viajó ayer a Sukarrieta.
Los jóvenes que viajaron a Sukarrieta contarán con acceso al mar, a una granja escolar y a instalaciones deportivas como: frontón, piscinas, campo de fútbol de hierba, polideportivo. Los elementos idóneos para pasar unas buenas vacaciones. “Allí se lo pasan bien. Estos viajes les vienen bien para darles libertad e independencia”, aseguró Isabel, ama de Eneko y Laura. Ambos viajaron en el mismo autobús a las colonias.
Tiempo libre para los padres y para los niños. Descanso para unos y para otros. Oportunidades para aprender, relacionarse, disfrutar y jugar en contacto con la naturaleza. Sería difícil imaginar un verano sin colonias Muchos de los niños que viajaron el año pasado repiten y otros tantos que se estrenan este año repetirán, porque es una gran oportunidad para desarrollar sus capacidades.