Ellos conocen la fórmula magistral para elaborar un buen jarabe quitapenas. O al menos debieran, que por algo son maestros farmacéuticos en su inmensa mayoría. ¿Quiénes son ellos...? Los integrantes de Novaltia, la cooperativa farmacéutica que nació de la fusión entre Vascofar y Aragofar, dos clásicos de la distribución farmacéutica, y los gestores y farmacéuticos de Bizkaia y Aragón que ayer se acercaron al edificio del Ensanche para vivir un cóctel navideño en el que escucharon el mensaje más esperado del año: 2014 será el año del despegue.
Lo lanzó el director general de la compañía, Fernando Castillo, en un discurso trenzado desde el orgullo. Muchos no creían y aquí estamos, vino a decir. Ver para creer debieron pensar algunos de los presentes. No por nada Novaltia Sociedad Cooperativa, mantiene una facturación de 320 millones de euros al año, lo que le convierte en el sexto grupo distribuidor del sector en el Estado por cuota de mercado, todo un logro si se juzga el radio de población al que en teoría alcanza.
Fue un encuentro feliz, una suerte de alegre cuento de Navidad. Cualquiera diría, oyendo los mensajes oficiales y el runrún de los corrillos, que estaban empeñados en darle la razón al viejo Voltaire cuando dijo aquello de que una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males. Incluso se sumó al carrusel de mensajes optimistas el presidente de Novaltia, Tomás Manuel Espuny. El también ve el porvenir color de rosa.
No era fácil venirse abajo en el escenario preparado en el edificio del Ensanche. Las mesas del cóctel lucían originales y frondosas de alimentos sui géneris, desde un brownies del aura positiva a pastillas de chocolate antiseriedad, pasando por el regaliz antiestrés con activadores del buen ánimo y vitamina C, cápsulas contra el aburrimiento, fresas intensificadas de sabor o marsmallow activador del ingenio. No se confundan. También hubo alimentos para el cuerpo, no solo espirituales. Brochetas, jamón hamburguesas y todo tipo de exquisiteces. Sí, se nota que comienzan el despegue.
A la cita no faltaron los consejeros Ángela Angoitia, Álvaro Sarmiento, Francisco Javier Ojanguren, Marta Monteagudo, María Gabriela Zazu, Miguel Ángel Artal, Ana Gasco y María Isabel Clavería. Era su minuto de gloria. No estuvieron solos, claro. Se sumaron al brindis navideño el director de Farmacia del Gobierno vasco, Iñaki Betolaza; la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia, Virginia Cortina, Ibon Etxeberria, Juan del Arco, Txetxu Errea, María Osaba, Jabier Etxeberria, Michel Catapodis, presidente de Farmamundi, una ONG del medicamento que colocó un stand con un aceite solidario que, me van a permitir, parecía manar de la mismísima fuente de la salud; Elena Egido, Mamen Martínez, Cristina Mingote, Cristina Lozano, Marian Sánchez, Begoña Zubimendi, Pedro Zumarraga, Iker Villate, Germán Martínez Azurmendi, Elena Castiella, Cristina Tiemblo, Jon Corral, Enrique Ordieres, quien lleva la voz cantante de Cinfa; María Antonia Díez, Elena Murga, Aida Iglesias, Izaskun García Lahidalga, María Luz Gandariasbeitia, con una larga carrera farmacéutica a sus espaldas, Iñaki Linaza, toda una leyenda de la farmacia vasca, Mercedes Ugarte, Juan Uriarte, Sergio Braceras, envuelto en la organización, y un buen numero de invitados que brindaron por una larga vida al viejo sueño de que la suma de fuerzas dé, por resultado, una multiplicación del progreso. Sospecho que por esa razón no faltará quien levante su copa.