Alonsotegi. El premio Vicente Ferrer de Educación para el Desarrollo concedido por la Agencia Española para la Cooperación consagra el programa de Agenda 21 que lleva a cabo el colegio público de Alonsotegi, el único vasco de los once centros educativos estatales que recogieron su galardón el pasado miércoles en Madrid. Un nuevo impulso a las actividades efectuadas dentro y fuera de las aulas por los alumnos de Primaria con la colaboración de padres y profesores, tras el reconocimiento recibido en primavera de manos del BBVA por el mismo proyecto, centrado en la alimentación. Entonces superaron a más de 1.800 clases de 200 colegios de Euskadi candidatos.
Bajo el título Alimentación, red de escuelas por un mundo rural vivo, los escolares de segundo, tercero y cuarto de Primaria -es decir, entre 8 y 12 años- estudiaron a fondo el pasado curso el mercado de la pesca con ayuda de la ONG Aliment-Acción. Los avances de los grupos de trabajo en castellano, euskera e inglés se completaron con salidas fuera del recinto escolar.
De esta forma, visitaron establecimientos comerciales de su municipio con el fin de conocer de cerca el mercado y viajaron a Bermeo para conocer in situ el proceso que media entre la captura del pescado en el mar y su llegada a las pescaderías e incluso pujaron en un simulacro de subasta.
El programa de Agenda 21 ha servido a los jóvenes estudiantes para adoptar unos hábitos alimenticios más saludables con la ayuda familiar. De hecho, llevaron a cabo una encuesta con el objetivo de analizar la dieta en sus respectivos hogares. Los padres y madres tampoco han dudado en participar en talleres sensoriales: una feria de otoño y un mercadillo de Navidad.
En junio los alumnos llevaron el proyecto al Ayuntamiento de Alonsotegi a modo de colofón a meses de trabajo. En el salón de plenos los escolares solicitaron a los responsables municipales la creación de un espacio para que los baserritarras puedan vender sus productos al público.
La solidaridad ha sido otro ingrediente imprescindible de la iniciativa, ya que los alumnos de Primaria han vendido pulseras por el precio simbólico de un euro "para ayudar en Uganda", según explica el director del colegio, José Luis Escandón. En la fiesta celebrada con motivo del fin de curso los estudiantes formaron una cadena humana con la que simbolizaron la lucha contra el hambre.
Pero el centro no se relaja en este periodo lectivo que comenzó en septiembre. Han retomado el tema alimentario, centrado esta vez en el consumo responsable. El seminario al que han asistido dos profesoras gracias al premio Vicente Ferrer, que cumple sus bodas de plata, proporcionará la base para seguir inculcando a los alumnos el respeto por el medio ambiente y los recursos naturales del entorno. "Durante una semana han asistido en Málaga y Tánger a sesiones de intercambio y formación en buenas prácticas en Educación para el Desarrollo", dice el director del colegio público de Alonsotegi.