Tractores de la comarca

El salón de plenos del Ayuntamiento de Galdames se vestirá hoy con sus mejores galas, a partir de las 20.00 horas, para aplaudir a los galardonados en los VI DEIA Hemendik Sariak; una representación del entusiasmo con el que personas, asociaciones e instituciones se vuelcan desde sus respectivos campos de acción.

El veterano exciclista Antonio Ferraz se sentirá como en casa. No solo porque reside en Galdames, sino también debido a su pasada trayectoria como concejal en la localidad, concluida su laureada carrera en el ciclismo profesional, que incluye dos campeonatos de España consecutivos de fondo en carretera en los años cincuenta. Antonio Izaguirre recuerda bien aquellas etapas. El centenario gudari residente en La Quadra, Güeñes, recibirá un cálido homenaje.

Las cuevas desempeñaron un importante papel durante la Guerra Civil y despertaron la afición del espeleólogo de Turtzioz Manuel González. La de Pozalagua lograba el título de Mejor Rincón Turístico del año en el Estado gracias a la dedicación de la plataforma ciudadana de Karrantza. Más adelante la explotación minera alteró estos paisajes, como bien difunde la Asociación Alén de Sopuerta. Por los montes que rodean Zaramillo discurre la Apuko Igoera, una prueba cuyo prestigio crece año a año. Si todos brindan por el galardón que recogerán hoy, seguramente lo harán con txakoli Torre Loizaga, la cosecha que los hermanos Sulibarria de Galdames producen en el barrio Concejuelo. Cerca se encuentra una colección de Rolls Royce que bien podría ser destino de una de las salidas que organiza la asociación Emakumeen Hazkuntza de Alonsotegi, un grupo de mujeres con ganas de cultivar sus aficiones en grupo.

En grupo han obtenido sus triunfos el Balmaseda Fútbol Club, que celebra un siglo de vida, y el Kadagua Eskubaloia de Zalla -en este caso festejó sus bodas de plata en verano-. Y en grupo conquistan al público con sus voces los coros Isasiko Ama de Gordexola y Lagunarte de Zalla. Ambos mezclan en sus repertorios temas más clásicos con canciones típicas de sus respectivas localidades y han pisado numerosas iglesias. La de San Severino, en Balmaseda, se despedía en octubre del sacerdote Prudencio Escobar después de 14 años de labor pastoral en los que ha oficiado bodas por doquier. Y muchos novios encartados ponen el broche de oro a su gran día en el hotel Erreka Güeñes.