BILBAO. Todavía no se ha inaugurado oficialmente, pero los vecinos de Lezeaga y Bentazarra, en Basurto, ya han tomado posesión del parque que llevará este último nombre. Lo mismo han hecho los habitantes de los cercanos barrios de Santiago y Santa Ana en las extensiones verdes que se han generado por encima del soterramiento de la autopista A-8 a su paso por Basurto y de los túneles de los nuevos accesos a Bilbao por San Mamés. Entre las dos extensiones suman 25.000 metros cuadrados de superficie de nueva factura que ya están siendo utilizadas por los vecinos tras la finalización de los trabajos de urbanización llevados a cabo por la Diputación Foral en la última fase de construcción de los mencionados accesos viarios.

"La verdad es que ha quedado muy bien y ahora ya con la hierba crecida mejor", indica un jubilado que pasea con su perro por los itinerarios peatonales que se han habilitado en el parque creado sobre la autopista. Tras sufrir durante décadas el tránsito y el ruido de los vehículos por la autopista y más de cinco años de construcción de los nuevos accesos, los vecinos de Bentazarra y Lezeaga ya pueden disfrutar ahora de un espacio casi privado para su solaz y esparcimiento.

El nuevo parque es consecuencia de la depresión de 350 metros del trazado de la A-8 a su paso por Basurto y la colocación después de una gran tapa de hormigón con una anchura media de 50 metros. Con esta iniciativa se generaron 20.000 metros cuadrados de terreno para uso vecinal que además eliminó la gran trinchera que suponía la autopista.

La Diputación ha urbanizado el espacio de una manera simple, con unos senderos peatonales que separan los jardines con césped sobre la tapa que cubre la autopista, ya que no se pueden plantar árboles. El espacio se complementa con sendos accesos viarios directos, uno para Lezeaga y otro para Bentazarra dotando a este últimos con dos accesos en forma de rotonda desde la carretera que sube a Altamira y hacia la vía lateral que baja hacia Basurto. La viabilidad del nuevo espacio se complementa con un centenar de plazas de aparcamiento que ya están siendo utilizadas desde principios del mes de octubre. Una treintena de farolas alumbran todo el parque. Todo está listo excepto los árboles. Menchu Fernández, presidenta de la asociación de vecinos Ikasbide, explica que "los pocos árboles que se han previsto hacia la rotonda donde estaba la carbonera todavía no se han plantado porque ahora no es la época, nos han indicado desde la Diputación". Eso sí, el que ya se ha colocado es un viejo olivo en la rotonda mencionada que da la entrada y la salida a los coches al nuevo espacio. Los vecinos están a la espera de que el Ayuntamiento recepcione la obra una vez que la Diputación culmine los remates a lo largo del mes de noviembre. "Quedan detalles -explica Menchu- y ya hemos pedido una reunión con el Ayuntamiento para proponerle algunas ideas que tenemos sobre el parque". Un ejemplo de peticiones son la colocación de bancos o la instalación de una zona de juegos para los niños. Fuentes municipales han indicado que de momento no hay fecha cerrada para este traspaso de responsabilidades sobre los nuevos parques generados en Basurto. Ante las peticiones vecinales han indicado que "se seguirá la fórmula habitual a través del consejo de distrito, donde los vecinos podrán exponer sus peticiones, las cuales podrán llevarse a cabo si entran los planes de barrios en los que trabajamos todo el año".

Por lo que respecta al parque que linda con las casas unifamiliares del barrio de Santa Ana, el espacio se encuentra en las mismas condiciones que su hermano mayor, aunque en este caso el acceso peatonal solo es posible desde la zona alta. Las entradas habilitadas desde la carretera que une Basurto con Zorrotza permanecen clausurados, igual que el semáforo que permite el paso peatonal por el parque hasta Santa Ana.