BILBAO. El congreso, al que asistieron 270 personas, tuvo un coste de 508.045 euros pagados por el ayuntamiento, mientras que los 45.000 euros de la cena de gala fueron sufragados por Iberdrola y FCC.

El gasto mayor fue en la adecuación de la sede, la Alhondiga, que costo 181.685 euros.

El segundo mayor importe fue el gasto en soportes de comunicación, de 64.875 euros.

Otros costes destacados han sido en la secretaría técnica (40.450 euros), en hoteles (25.417), en intérpretes (16.559), en grabación en vídeo (17.500) o en la recepción oficial en el ayuntamiento (19.650).

Hubo un total de 25 empresas contratadas y 352 personas movilizadas en el evento.

Todo este esfuerzo ha tenido su compensación: según las cifras del informe municipal, el impacto económico en la capital vizcaína ha sido de 714.536 euros, divididos 264.536 euros de gastos de los asistentes y 450.000 del gasto en la organización del evento que repercute en la economía de la villa.

De este dinero, el principal impacto ha sido en la hostelería, con un 28 %, seguido de servicios a empresas, el 19 %; el alquiler de espacios el 14 % y el alojamiento el 13 %.

Aparte, el ayuntamiento ha calculado que la valoración económica de la difusión del evento en los medios de comunicación ha sido de 259.867 euros, contando sólo los medios regionales y locales.

Respecto al impacto cualitativo, el estudio considera que el evento ha contribuido a mejorar el posicionamiento estratégico de Bilbao, con una nota de 8,6 sobre 10, y la imagen de la villa, con un 8,1 sobre 10.

Respecto a las empresas invitadas a participar, que mantuvieron contactos durante la cumbre, un 74 por ciento han acabado satisfechas o muy satisfechas, y todas repetirían la experiencia.