Getxo

ES uno de los testigos más antiguos que tiene Getxo de todo lo que ha acontecido en el municipio. Es memoria. Es reflejo de la realidad. Es el colegio que más años cuenta de toda la localidad. Juan Bautista Zabala ya supera la centena de vida y ha recopilado su historia en las páginas de un libro realizado por Biografías Personales y apoyado por el Ayuntamiento.

"Es el colegio de toda la vida de Getxo", admite Mónica Corrales, de la actual Junta Directiva. "La escuela es parte del corazón de Algorta. Está en el centro del barrio, muchísimas personas han estudiado allí y todavía hoy siguen teniendo contacto", apunta Elena Sierra, autora del libro. El colegio recibe el cariño de los getxotarras. Es especial. Y lo fue desde su nacimiento porque la historia de su creación se escribe con el corazón de una buena persona. "Juan Bautista Zabala era un hombre de negocios de Bilbao, cuyos padres eran de Algorta. Cuando murió donó dinero para que se creara una fundación y se construyera una escuela con la que dar educación a los niños pobres, que entonces se les conocía como pobres de solemnidad y había un listado de ellos en los ayuntamientos", cuenta Elena, que se ha sumergido en los archivos para desempolvar el pasado del centro escolar.

"Había un reglamento sobre quién podía acudir y entre ellos estaban, sobre todo, niños y también niñas que eran pobres, bien porque sus familias no tenían dinero o porque eran huérfanos de madre o de padre o de ambos. El objetivo era dar educación a aquellos que no tenían acceso a ella", repasa la escritora. Así, gracias a la obra de Juan Bautista Zabala, que era soltero y no tuvo hijos, los más necesitados encontraron una luz en su camino. "Él murió en 1905 y la fundación se creó tres años después, en 1908. Es en 1911 cuando nace la escuela", indica Elena.

En 1900, según datos del censo estatal, tan solo el 42% de los hombres en el territorio español sabía escribir y solo un 25% de mujeres había llegado a aprender a escribir; si a ello se le suma la presencia de cuatro millones de niños -de los que 2,5 millones estaban sin escolarizar-, y es que un 60% de la población era analfabeta. En este contexto, Zabala pensó en la enseñanza para ambos sexos, aunque las entradas, aulas y patio de recreo eran distintos para los chicos y las chicas, y hasta tenían distintas asignaturas. "En los inicios de este colegio puedes ver cómo era la educación antigua, cómo estaba de discriminada la mujer. A los niños se les preparaba para ir a la universidad o para llegar a ser algo profesionalmente. A las mujeres se les enseñaba a ser amas de casa con clases como costura. Solo las que más destacaban podían acceder a Magisterio y aspirar a ser maestras", subraya la directiva de Zabala.

Un libro para todos La publicación sobre Zabala, que estará disponible a partir del 23 de abril, es muy visual, presenta muchas fotos y colores y sus páginas describen una andadura en la que "mucha gente se puede sentir reconocida", señala Elena. Por eso, apenas se habla de personas en concreto. Aunque sí hay una mención especial para el cura José Luis Urrutia, nacido en 1929, y que aún está en contacto con la escuela. "Es el alumno de mayor edad con el que hemos podido hablar. Él está encantado de haber pasado por Zabala, dice que todo lo que sabe se lo debe al colegio", apunta la autora del libro, en el que también se recogen anécdotas como el maestro que recuerda a aquel alumno que tenía "una vista de lince" y siempre era capaz de encontrar una lentilla que se le escapaba siempre a una niña o las confusiones en Educación Sexual entre "mamas y mamás".

La directiva del colegio Zabala destaca cómo este centro educativo ha sabido adaptarse a los tiempos: "Zabala supo dar un paso firme para implantar el euskera, hizo una apuesta importante y no quiso quedarse en la retaguardia". Así, el colegio ha sido un fiel testigo de la realidad a lo largo de muchas épocas.