LAS motos siempre me han chiflado". Así comienza a relatar su vida Agustín Heredia, un auténtico chiflado de las motocicletas...y de las radios. No hace falta que lo jure. En su casa, ubicada en pequeño municipio vizcaino que no quiere desvelar, atesora una interesante colección compuesta por 15 modelos de motocicletas clásicas y alrededor de 45 receptores de radio de la época de las ondas hertzianas. Todo funciona, las motos y las radios. Lo consigue porque Agustín es un manitas. "Cuando era pequeño, todo lo que se podía desmontar pasaba por mis manos", señala. Su madre enseguida se dio cuenta de sus habilidades. Así que antes de terminar el Bachillerato le regaló un curso por correspondencia de electrónica. Y eso marcaría su futuro, ya que con el tiempo, la electrónica acabó convirtiéndose en su profesión. Lo de las motos tiene otra lectura. Hay que remontarse a su juventud, cuando se quedaba boquiabierto viendo las motos que salían de la fábrica Lube de Lutxana-Barakaldo. "Siempre tuve claro", dice, "que en la vida iba a hacer todo lo posible por tener una Lube". Hoy en día tiene 12. Las va adquiriendo en pésimo estado y las reconstruye para que puedan volver a rodar. "Es mi hobby", dice ante una reluciente Lube Renn con la que ha realizado en más de una ocasión la marcha motociclista Bilbao-Málaga.
Agustín recuerda con cariño los años mozos en los que iba en bicicleta desde Sestao, donde vivía, hasta las instalaciones que Lube tenía en Lutxana. "Se me quedaba cara de bobo viendo a los pilotos probar las motos en un pequeño circuito que tenían en el interior de la fábrica", recuerda. Allí tuvo la oportunidad de ver, por ejemplo, a los hermanos Sabugo y a Santiago Herrero, el joven piloto vizcaino con un gran porvenir que falleció en una prueba en la Isla de Man. También se le clavaban los ojos en los dos agentes de la Policía Municipal de Sestao que en aquellos años patrullaban en sendas Lubes. Así que la adoración por las motos Lube ya no tendría retorno. Sin embargo, su primera moto fue una Lambretta de segunda mano. "Me la compré nada más cumplir 18 años y me costó un riñón", recuerda. A partir de ese momento, ya no se volvió a bajar de las dos ruedas motorizadas. "Yo siempre he utilizado moto para todo", cuenta, "para trabajar, para ir de excursión...para lo que sea".
Primera lube El viejo sueño de tener una Lube no se hizo realidad hasta comenzar la década de los noventa, treinta años después de que cerrara la fábrica. "Me enteré a través de una revista del motor que había en venta una Renn 150 cc en Segovia, y allí fui", señala. "Me costó 75.000 pesetas", apunta. La encontró "hecha una mierda", pero gracias a su pericia la restauró. Hoy en día es una de sus motos más queridas. La utiliza regularmente para tomar parte en las salidas que organiza la Sociedad Motociclista Lube, de la que Agustín es su secretario.
Tras la Lube Renn 150 cc. vinieron las demás en cascada. "La Lube Izaro, la Jack, la 125, la Condor..." va relatando la colección. "Disfruto mucho, no solo arreglándolas sino andando con ellas", confiesa. La última adquisición ha sido una Lube de 1953. "Este fue el primer modelo que se fabricó en Lutxana", señala orgulloso. Una moto, en perfecto estado de conservación que todavía puede alcanzar los 65 kilómetros por hora. "La conseguí en Lorca, y como anécdota puedo decir que aguantó el terremoto en un sótano", señala. Lo que no puede contar es lo que le costó, "porque si se entera mi mujer..." Y eso que ella está acostumbrada a las chifladuras de Agustín.
Su otra locura son los aparatos de radio. Al igual que en las motos, su pasión por ellos nació a una edad muy temprana. "Para mí era algo maravilloso que de una caja de madera saliera música", dice que reflexionaba cuando solo era un niño. Así que, guiado por la curiosidad, desmontaba una radio a la menor oportunidad. Visto lo visto, su madre le hizo el mejor regalo de su vida: un curso de electrónica por correspondencia. "Me mandaban todos los meses unos fascículos y piezas para ir montando radios", recuerda, lo que le sirvió para "apasionarse" por la electrónica y para tener su primer trabajo. "Fue en el servicio de reparación de radios que Radio Bilbao tenía en la calle San Francisco". Allí entró con tan solo 18 años, pero confirmó lo que ya intuía, que su vida profesional iba a estar relacionada con la electrónica. Y también su tiempo de ocio.
Radios Hoy es el día que acumula unos 45 aparatos de radio en el taller que tiene en casa, donde conviven con las motos. La mayor parte de las radios proceden de anticuarios, desguaces o amigos que se las regalan. "Las desguazo, las rehabilito y las pongo en marcha", dice sin darle demasiada importancia. Lo mismo que las motos, que gracias a su trabajo de hormiguita algunas de ellas lucieron a final de año en el centro comercial Zubiarte, dentro de una exposición de motos clásicas. Las mismas motos con las que habitualmente participa en las salidas que organiza la Sociedad Motociclista Lube. "Todos los segundos domingos de mes, haga frío o llueva, damos un paseo de unos 100 kilómetros para disfrutar del paisaje y del recorrido", señala.
Agustín siente predilección por la Lube Renn 150 cc, con la que ha llegado a participar en seis ediciones de la carrera Bilbao-Málaga que en su día ideó Luis Bejarano, alma mater de Motocicletas Lube. Y cuando el trabajo, las motos y las radios le dejan un poco de tiempo libre, Agustín se va a practicar tiro de precisión, modalidad en la que llegó a ser campeón de Bizkaia.