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Bertsos que marcan tantos por el euskera

Escolares de los colegios de Güeñes asistieron ayer a un original partido de pelota para fomentar el uso del idioma

Bertsos que marcan tantos por el euskeraFoto: E. Castresana

Güeñes

Una reprimenda, aunque sea cariñosa, suena mejor cuando se da cantando. Y si sale de boca de Andoni Egaña o Sebastian Lizaso puede considerarse casi un regalo. Alrededor de 140 estudiantes de Primaria y Secundaria de los colegios Eretza y Abellaneda de Güeñes aplaudieron ayer cada palabra que los bertsolaris reconvertidos en botilleros recitaron para comentar los lances del juego de los pelotaris Patxi Eugi y Hodei Beobide por un lado y Arturo Arbizu y Gonzalo Velasco, por el otro.

Este singular partido que acogió el frontón de Sodupe forma parte de las actividades que el Ayuntamiento de Güeñes ha organizado con motivo del Día del Euskera. "El encuentro nos permite unir pelota y bertsolarismo en torno al euskera y da a los jóvenes la oportunidad de ver de cerca a figuras del deporte y la cultura que de otra forma solo conocen a través de los periódicos o la televisión. Son gente puntera. Sacarse una foto con ellos o estrecharles la mano es una sensación indescriptible para los niños", explicó el técnico municipal de euskera en medio del ruido de los aplausos y los vítores de los pequeños.

"Otra de las razones por las que hemos apostado por este evento es relanzar el mundo de la pelota, que en nuestra comarca quizás no tiene tanto tirón como en otros sitios", valoró el técnico. Si hubiera que medir la afición por el entusiasmo que se palpó ayer, no habría de qué preocuparse. Apenas quedaron asientos libres en el graderío para presenciar el partido desde minutos antes de la hora prevista para el primer saque.

Entre tanto, los pelotaris realizaban sus ejercicios de calentamiento en las instalaciones del kirolgune con ganas de exhibir su mejor juego ante los espectadores. "Combinar dos cosas tan nuestras como los bertsos y la pelota nos parece una muy buena idea, tanto en los lugares donde el euskera se habla poco como los demás. Muchos de nosotros hemos participado en partidos de bertso-pilota en sitios muy diferentes", contaron.

Enkarterri pertenece a la primera categoría. El euskera se escucha poco fuera del horario lectivo, algo que ayuntamientos, colegios y euskaltegis intentan remediar trabajando conjuntamente para cambiar la tendencia. Especialmente en jornadas señaladas, pero también a lo largo del año mediante los programas de ocio que se promueven desde diferentes consistorios y la Mancomunidad.

Esta vez, atraer la atención de los escolares a través del deporte les ha parecido la opción perfecta. "Cualquier actividad que se salga de los contenidos que se imparten en clase les encanta. Es importante para ellos poder entrar en contacto con las raíces de la cultura vasca", expresaron los profesores y profesoras que les acompañaron al partido.

"Éxito" El encuentro se celebró ayer por segunda vez "a la vista de la excelente acogida que registró el año pasado", según recalcó el Ayuntamiento de Güeñes. La maestría de los bertsolaris a la hora de compartir con el público las recomendaciones a sus pupilos tiene mucha culpa. Sebastian Lizaso vistió de rojo, al igual que Patxi Eugi y Hodei Beobide, mientras que Andoni Egaña animó a Arturo Arbizu y Gonzalo Velasco.

"Resulta más fácil que los jóvenes entren a practicar el euskera cuando hay este tipo de actividades, pero eso no significa que en clase tengan que aburrirse necesariamente", opinan dos de los mayores representantes del bertsolarismo, que suman cinco títulos en el campeonato más importante del calendario en esta disciplina. "En Enkarterri igual no existen tantas posibilidades de hablar euskera en la calle o en familia. Por eso, estas iniciativas tienen mucho mérito", declararon.

Los bertsolaris se revelaron como dos entrenadores exigentes que no dudaron en señalar a los pelotaris que perdieran tantos repitiendo en ocasiones los mismos fallos, pero con un sentido del humor que provocó las sonrisas del público y de los propios deportistas. "Igual hay que probar un día a cantar bertsos en un partido oficial", dejó caer Patxi Eugi, botillero de Juan Martínez de Irujo. Ayer pudo aprender de los mejores maestros.